La naturaleza posee ciertos fenómenos que son cíclicos; por ejemplo, las estaciones del año, la temporada de lluvias y huracanes, las fases de la Luna y la migración de fauna. Hablando de este último evento, cada determinado período, ciertos animales marinos, diversas especies de aves e insectos viajan miles de kilómetros y llegan de visita a diferentes partes de México, para permanecer un tiempo, con fines de apareamiento, de poner sus huevos o tener a sus crías, o de encontrar alimento o un mejor clima para alojarse durante la temporada de frío del lugar del que provienen, para, luego, regresar a él.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), algunos de estos animales son:
Ballena gris (Eschrichtius robustus)
Llega a las aguas mexicanas del océano Pacífico, a la altura de la península de Baja California, procedente del frío mar de Bering, en Alaska, después de recorrer, durante tres meses, 16 mil kilómetros. Su visita a nuestro país sucede a finales de octubre y permanece durante cinco meses, para aparearse y tener a sus crías. Luego de esto, regresa al mar de Bering, para alimentarse durante el verano y el otoño.
Tiburón ballena (Rhincodon typus)
Este pez, catalogado como el más grande del mundo, ya que puede llegar a medir hasta 18 metros de longitud y pesar 34 toneladas, llega a México entre mayo y septiembre, y visita diferentes lugares, como la Bahía de Los Ángeles, en Baja California; la Bahía de La Paz, en Baja California Sur; y las aguas de la isla Holbox, en Quintana Roo, al norte del Caribe. Cabe mencionar que la Semarnat lista al tiburón ballena, también llamado pez damero o dominó, como una especie amenazada.
Tortugas marinas
Provenientes de todos los océanos del mundo, miles de ejemplares de seis de las siete especies que existen en el planeta visitan diversas playas mexicanas, para desovar; éstas son: la tortuga blanca, negra, prieta o verde del Pacífico (Chelonia mydas); la lora (Lepidochelys kempii); la golfina (Lepidochelys olivacea); la caguama (Caretta caretta); la carey (Eretmochelys imbricata) y la laúd (Dermochelys coriacea).
Oaxaca es uno de los principales sitios en donde puede observarse este bello espectáculo, particularmente, el Santuario La Escobilla, ya que es la zona preferida de anidación de la especie golfina; dicho lugar alberga a más de un millón de estas tortugas, cada año. Otro punto oaxaqueño es la playa Morro Ayuta, que recibe alrededor de medio millón de ejemplares golfinas; mientras que, en Barra de la Cruz, suelen alojarse las tortugas laúd.
La Semarnat cataloga a las tortugas como en peligro de extinción, por lo que, desde 1990, decretó una veda total y permanente para la protección de todas las especies de tortugas marinas en México. Y en 1991, se creó el Centro Mexicano de la Tortuga en Mazunte, que posee tres campamentos tortugueros, a cargo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
Mariposa Monarca (Danaus plexippus)
Esta bella especie emprende su vuelo cada agosto, desde Canadá y Estados Unidos, y entre septiembre y octubre, ingresa a territorio mexicano y atraviesa los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Zacatecas, Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí e Hidalgo, hasta llegar y alojarse en los bosques de oyamel y pino del Estado de México y Michoacán, en la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, a principios de noviembre. Todo esto, en un recorrido de más de 4 mil kilómetros, cubriendo 120 kilómetros en un solo día.
Las mariposas monarca llegan a nuestro país, buscando un clima más cálido, para hibernar y aparearse. Permanecen aquí durante cinco meses y, al llegar la primavera, vuelan de regreso a los países vecinos del norte, volviendo a México para la siguiente temporada.
Aves de playa
De acuerdo con la Semarnat, cada otoño, diversas especies de aves viajan a México, para alimentarse y descansar, para, luego, volar hacia el centro y el sur del continente, para hibernar. Durante su estancia en nuestro país, suelen visitar la Reserva de la Biósfera Marismas Nacionales, un corredor biológico ubicado en la costa del océano Pacífico, en Nayarit, que sirve de morada para entre 70 mil y hasta más de 100 mil ejemplares de aves acuáticas y playeras, ya sea residentes o migratorias.
La franja de 3 mil kilómetros de litoral costero en la región noroeste del país, que cubre desde Baja California hasta Nayarit, ofrece planicies lodosas, playas arenosas, salitrales, costas rocosas y ambientes artificiales para el alojamiento de estas aves.
Desde mediados de los años 80, estas aves se han visto amenazadas, por lo que se creó la Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras, para salvaguardar su integridad y proteger su hábitat. Dicha red cuenta con 107 sitios de reserva y conservación en 17 países, de los cuales, México posee 17; 12 de ellos, ubicados en el noroeste del país.
¡Es un gusto tenerlos de visita!
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