Elegir una carrera a estudiar no es un proceso sencillo, requiere de un análisis integral que incluye, en primera instancia, una preselección de aquellas que se adapten a nuestros gustos. El paso siguiente es identificar las posibles universidades donde se impartan, así como contemplar otros factores determinantes, como el campo de trabajo, los gastos en materiales, la distancia y el transporte. Esa investigación es crucial, ya que puede suceder que renunciemos a estudiar cierta licenciatura debido a que no hay una oferta de la misma o porque simplemente desconocemos que existe.
Atendiendo a esta problemática y con el fin de continuar con su labor de formar profesionales que den solución a los distintos retos que el mundo actual ofrece en todos los ámbitos, siempre con el compromiso de buscar un beneficio para la sociedad, recientemente, la Universidad Nacional Autónoma de México amplió su oferta educativa en nivel superior a 129 licenciaturas, con la creación de una nueva carrera: Ingeniería aeroespacial, la cual se enfoca en desarrollar en los estudiantes el pensamiento y las habilidades necesarias para que sean capaces de crear proyectos competitivos dentro de la industria, a través del diseño, desarrollo y construcción de vehículos aeronáuticos, es decir, aquellos que operan dentro de la atmósfera terrestre, tales como drones, aviones o helicópteros, y espaciales, como estaciones, cohetes y satélites.
La carrera se impartirá en la Facultad de Ingeniería de Ciudad Universitaria y constará de diez semestres, en los cuales se deberán aprobar 58 materias, con un total de 450 créditos. Aunque el tronco común de esta ingeniería cubre los dos campos de conocimiento, aeronáutico y espacial, a partir del noveno semestre, los alumnos podrán elegir en cuál de ellos quieren profundizar.
Además, el plan de estudios incluye conocimientos relacionados con las ciencias básicas, sociales y humanidades, así como ciencias económicas, administrativas y de la ingeniería aplicada, con el fin de darle un enfoque emprendedor.
Para el apoyo y desarrollo de esta carrera, 12 dependencias, tanto de la UNAM como externas, participarán como asesoras, entre ellas: el Instituto de Geografía y el Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT), el Programa Espacial Universitario (PEU) y el Centro Nacional de Tecnologías Aeronáuticas (Centa).
La creación de esta nueva carrera obedece a la necesidad mundial de cubrir la demanda de especialistas y profesionales en el sector aeroespacial. De acuerdo con información de la UNAM, México ocupa el lugar número 14 en la producción aeroespacial en todo el mundo y es el séptimo proveedor de la industria en Estados Unidos.
Otras grandes opciones
La impartición de esta ingeniería se suma a las otras licenciaturas relativamente nuevas, aprobadas durante el año pasado, las cuales también buscan formar profesionistas altamente preparados, con las capacidades y habilidades adecuadas para cubrir las demandas de sectores en específico, que encuentran solución en otras carreras afines y no en las especializadas en el área.
De esta manera, ya es posible estudiar la licenciatura en Ortesis y prótesis, la cual se imparte en la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Juriquilla, en Querétaro. El objetivo es que los egresados apliquen sus conocimientos en el diseño y fabricación de prótesis o dispositivos ortésicos para apoyar en el auxilio y rehabilitación de las personas que hayan sufrido alguna amputación o que padezcan una discapacidad del sistema musculoesquelético.
A lo largo de nueve semestres, en los que se cursan 50 asignaturas con 404 créditos, los alumnos se forman en las áreas de las ciencias básicas y matemáticas, ciencias sociales y humanidades, médico-biológicas, tecnología y ortésica y protésica aplicada.
Uno de los motivos para la creación de esta licenciatura fue la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien afirma que lo conveniente es que cada país cuente con un profesional en este campo por cada 500 personas con discapacidad. Lo anterior significa que México requiere la presencia de mínimo 10 mil licenciados, ya que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, existen en nuestro país más de 5 millones de discapacitados del sistema musculoesquelético.
Asimismo, para quienes son buenos investigadores y a la vez gustan de las matemáticas, está la licenciatura en Ciencia de datos, que se enfoca en desarrollar la capacidad de seleccionar, preparar, analizar, evaluar, manejar y comunicar grandes cantidades de datos y estadísticas que conlleven a la resolución de problemas complejos en los sectores científicos, tecnológicos, empresariales y sociales.
El ingreso es de manera indirecta, es decir, se deben aprobar los cuatro primeros semestres de carreras afines, como actuaría, ciencias de la computación, ingeniería en computación, o matemáticas aplicadas y computación. A partir del quinto semestre, se ingresa propiamente a la carrera, que dura cuatro años.
Por muy extraña que parezca esta licenciatura, según el Business Higher Education Forum, a lo largo de este año se abrirán alrededor de 2.72 millones de puestos de trabajo para los egresados. De igual manera, el portal de empleo Bumeran la sitúa dentro de las cinco carreras que tendrán más demanda en los siguientes años y sostiene que la oferta laboral en este sector crecerá un 20 % en la próxima década.
Por otro lado, la UNAM ha creado también la licenciatura en Química e ingeniería en materiales, que se imparte en la Facultad de Química y cuyo objetivo es generar alternativas sustentables para el país y el mundo. Consta de nueve semestres y 53 asignaturas totales.
Finalmente, la carrera más reciente, aprobada antes que la Ingeniería aeroespacial, fue Ciencias agroforestales, la cual, a lo largo de ocho semestres y un total de 65 materias, está encaminada a desarrollar proyectos que incidan en la transformación de la realidad alimentaria, energética, social y ambiental de nuestro país.
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