Explosión de la Nebulosa del Cangrejo
- paginasatenea
- 1 jul
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La madrugada del 4 de julio de 1054 d. C., sobre el extenso cielo oriental, astrónomos de China vieron en el cielo un brillo muy fuerte y deslumbrante, perteneciente a una estrella que no habían visto antes. El espectáculo fue observado también en el firmamento del desierto al suroeste de Estados Unidos, por las tribus indígenas anasazi y mimbres. Aquella luz permaneció fácilmente visible, tanto de día como de noche, durante 23 días, antes de comenzar a desvanecerse hasta desaparecer por completo, en un proceso que tardó, según se dice, 652 días. Al inicio, los chinos la llamaron “estrella invitada” y registraron cuidadosamente su posición en el cielo, al noroeste de la punta de la estrella Zeta Tauri.
Gracias a esas anotaciones y a las investigaciones posteriores a lo largo del tiempo, hoy, se sabe que aquella luz fue producto de la explosión de una estrella, al menos, diez veces más masiva que nuestro Sol, que convirtió la mayor parte de su masa instantáneamente en energía radiante, produciendo un brillo que equivaldría a casi 400 mil millones de soles. Así, el resplandor de 1054 fue, en realidad, sólo un destello, pues la explosión tuvo lugar a unos 6 mil 500 años luz de la Tierra y ocurrió alrededor de lo que vendría siendo el año 5446 a. C., de modo que la luz tardó más 6 mil años en llegar a nosotros.
De aquella estrella, sólo queda una nube de polvo y gases en expansión, la cual fue nombrada Nebulosa del Cangrejo, ya que los gases se mueven como si fueran tentáculos hacia todas direcciones.
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