El plástico, en todas sus presentaciones, formas y variedades, es uno de los materiales más útiles y más presentes dentro de nuestra vida diaria; sin embargo, es, también, uno de los más contaminantes. Es por ello que los científicos de todo el mundo, desde hace tiempo, se han enfocado en buscar alternativas que sean amigables con el medio ambiente y que, a su vez, proporcionen la misma funcionalidad que necesitamos.
Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza, ya han dado el primer paso, pues han logrado desarrollar un plástico similar al PET, pero hecho a partir de biomasa, es decir, de residuos orgánicos. Para obtenerlo, es necesario añadir un aldehído a la materia vegetal, para estabilizar ciertas fracciones de ésta y evitar que se destruya en el resto del proceso. Esto da como resultado un producto químico de base biológica, que sería el precursor del plástico propiamente elaborado.
Según explican en su artículo, publicado en Nature Chemistry, en junio pasado, experimentaron con materia de azúcar y utilizaron el ácido glioxílico (aldehído), gracias a lo cual pudieron fijar ‘grupos pegajosos’ en ambos lados de las moléculas del azúcar, lo que les permite actuar como si fueran bloques al momento de ‘construir’ el plástico. Lorenz Manker, uno de los autores del estudio, explica que, con esta sencilla técnica, sería posible convertir en ‘plástico ecológico’ hasta el 25 % del peso de los residuos agrícolas, o bien, el 95 % del azúcar purificado.
Jeremy Luterbacher, otro de los responsables de la investigación, afirma que este plástico es especial porque se puede elaborar rápidamente y es fácil de degradar; esto, debido a la estructura intacta del azúcar. Además, es una materia prima apta para fabricar todo tipo de objetos y envases plásticos, fibras para confeccionar textiles y filamentos para la impresión 3D, por lo que tendría aplicación en distintas áreas, como la medicina y la electrónica.
Otro proyecto relacionado con este tema es el llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Delaware, en conjunto con la Universidad de Kansas y la de Pittsburgh, en Estados Unidos, que pretende desarrollar nuevas moléculas y productos químicos, aprovechando la biomasa de los desechos agrícolas, los tallos de maíz y los residuos de la caña de azúcar, entre otros, que sirvan para hacer plásticos sustentables que se comporten como PET.
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