Los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier sitio; y esto incluye el lugar de trabajo. En esta dirección, existen algunas profesiones, oficios o empleos que son más riesgosos que otros, por el tipo de actividades que se realizan, por lo que se deben tomar ciertas medidas de seguridad específicas, como el uso de casco y equipo de protección en obras de construcción o fábricas, por mencionar algún ejemplo.
En la oficina de farmacia, aunque, a simple vista, no lo parezca, existen ciertos riesgos para el personal, mismos que se clasifican en dos categorías: riesgos ergonómicos y riesgos en los desplazamientos, los cuales, amigo farmacéutico, es importante que conozca, con el fin de evitar daños en su salud y bienestar.
Riesgos ergonómicos
No son exclusivos de las farmacias, sino que son comunes en la mayoría de los empleos. Se refiere a aquellos daños que se pueden producir en el cuerpo a causa de la mala interacción con ciertas herramientas de trabajo, especialmente con el mobiliario, ya sea a causa de éste o por la falta del mismo. Estos males son consecuencia de:
· Malas posturas y sobreesfuerzos: En el ambiente del personal de la farmacia, las acciones de recibir entregas grandes de pedidos, que involucra cargar cajas pesadas, o bien, al momento de acomodar los medicamentos en los estantes, en zonas muy altas, muy bajas o profundas, pueden ocasionar problemas y dolores de espalda, lumbares y musculares.
· Uso excesivo e incorrecto de pantallas: El constante uso de computadoras o tabletas, para hacer y/o verificar inventarios, y al momento de atender a los clientes, expone a los ojos a luz artificial y a constantes esfuerzos, lo que puede causar problemas de visión y dolores de cabeza. De igual manera, relacionado con el punto anterior, si las pantallas están colocadas en posiciones incómodas, es decir, muy altas o muy bajas, generan problemas de mala postura, con sus respectivas consecuencias.
· Mobiliario y herramientas en mal estado, o la falta de éstos: Escaleras rotas o con un mal funcionamiento, suelo irregular o una mala iluminación, así como la falta de ciertas herramientas, que obliguen al farmacéutico a utilizar otros artefactos inadecuados para resolver el problema (como el uso de sillas o banquitos ante la falta de una escalera, para alcanzar o acomodar un medicamento en un estante, por ejemplo), puede ocasionar caídas, golpes u otro tipo de accidentes o lesiones.
· Pasar mucho tiempo de pie: Afecta a la circulación sanguínea, causando problemas vasculares o várices.
Riesgos en los desplazamientos
Justo como su nombre lo indica, se refiere a los peligros o accidentes que se pueden presentar durante los trayectos, ya sea de ida y vuelta hacia el trabajo, en este caso, la farmacia; o los realizados a lo largo de la jornada laboral, dentro o fuera de la farmacia, al atender a algún paciente, ir por un producto o medicamento o por alguna diligencia.
Los riesgos en los desplazamientos pueden darse por cuatro principales factores:
· Factor vía: Se refiere al estado y a las condiciones del camino o del espacio en el que se transita constantemente. En el caso de una farmacia, para evitar un accidente, la entrada y salida de la misma deben estar libres, para poder pasar cómodamente; que los pasillos entre los estantes y otros espacios de paso estén despejados y con un ancho pertinente; que el piso no sea resbaloso o que no tenga obstáculos; que haya señalización en caso de haber algún escalón, etcétera.
· Factor vehículo: Considera las condiciones de todo tipo de vehículos que se utilicen para desempeñar las funciones laborales, incluyendo diablitos, carritos de medicamentos, montacargas, coches, camionetas, motocicletas para repartir, entre otros.
· Factor entorno: Es muy similar al primer factor, pero se refiere a las condiciones de otros elementos que componen el espacio por el que se transita y no únicamente a la vía, y que pueden influir en que se evite o produzca un accidente, como la iluminación, ventilación, la señalización en general, la ubicación de ciertos productos o estantes, etcétera. Asimismo, considera los riesgos que se puedan sufrir en la jornada laboral a causa del mal clima.
· Factor humano: Se refiere a cualquier riesgo generado a partir de las acciones de la propia persona o con cuestiones directamente relacionadas a ella, como un mal movimiento, la fatiga, el sueño, desequilibrio, entre otros.
¿Cómo evitarlos?
Para evitar o aminorar, lo mayor posible, los riesgos relacionados a la ergonomía o al desplazamiento, el empleador de la farmacia debe proveer mobiliario adecuado, como sillas cómodas, material auxiliar que facilite el cumplimiento de ciertas tareas y una colocación correcta de las pantallas, así como mantenimiento oportuno y de calidad a los equipos y vehículos que se manejen, y capacitación al personal para que sepa cómo usarlos.
En cuanto a las acciones que puede hacer el farmacéutico, se recomienda el uso de calzado cómodo; verificar siempre las herramientas antes de utilizarlas, y emplear las correctas para cada función; hacer una pausa para verificar bien el estado del camino (asegurarse de que no haya alguna irregularidad o un obstáculo); y pedir ayuda a un compañero, en caso de no poder realizar alguna tarea.
Riesgos químicos y medidas preventivas
Ahora bien, los farmacéuticos también pueden trabajar en laboratorios, lo que significa que están expuestos a otro tipo de riesgos, los químicos, que tienen que ver con estar en contacto y/o manipular sustancias toxicológicas, agentes biológicos o residuos de laboratorio.
Para este tipo de actividades, hay medidas de seguridad específicas, que están enfocadas tanto a la salvaguarda del producto que se está elaborando, como la del farmacéutico.
Al momento de elaborar fórmulas y preparados, está prohibido comer, fumar o masticar chicle. El mobiliario que no debe faltar incluye: los guardarropas; muebles de almacenamiento apropiado para productos sensibles que puedan contaminar o ser contaminados; y mesas de superficie lisa, impermeable y fácil de limpiar y desinfectar. En cuanto a los instrumentos de elaboración y manipulación de sustancias químicas, son indispensables los mezcladores, recipientes especiales y elementos de protección individual (EPI), que incluyen guantes, bata (con abertura trasera, puños elásticos e impermeable en zona delantera y trasera), lentes y mascarillas. Finalmente, no está de más resaltar que los espacios deben estar correctamente ventilados y deben contar con instalaciones de emergencia, como las duchas; además, los medicamentos o sustancias deben estar correctamente identificados durante toda la cadena de gestión.
Para que un medicamento, sustancia o agente sea considerado como peligroso, debe tener ciertos potenciales o efectos en otros organismos, como: la carcinogenicidad (capacidad de inducir cáncer en humanos o animales), teratogenicidad (susceptible de producir malformaciones en el desarrollo o causar defectos congénitos), genotoxicidad (causa daños en el material genético), toxicidad reproductiva y toxicidad en órganos a bajas dosis.
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