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Energías sustentables, fundamentales para el futuro del planeta


Hemos escuchado hablar de ellas, pero, ¿realmente, entendemos en qué consisten y qué importancia tienen?




La vida en nuestro mundo se mueve, desde hace mucho tiempo, a un ritmo vertiginoso; millones de personas mantienen funcionando, día con día, un gigantesco sistema, sin embargo, además de la labor del hombre, hay un elemento más que permite la marcha del engranaje de la vida: la energía.


Actualmente, los combustibles de origen fósil, compuestos de organismos que vivieron hace millones de años (energías no renovables), representan un alto porcentaje del total utilizado para generar la energía a nivel global; alrededor de un 85 %. La infraestructura, así como el crecimiento demográfico, las industrias y el consumo energético basado en estos combustibles siguen aumentando, lo que, en consecuencia, incrementa los niveles de contaminación en la atmósfera. Se estima que, para el año 2050, las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) se habrán duplicado con respecto a las que había antes de la Revolución Industrial.


Las emisiones de CO2 están directamente vinculadas al calentamiento global y al cambio climático, fenómenos perjudiciales en varios aspectos para la población mundial.

Consecuencias del aumento de CO2 en la atmósfera:


1. La temperatura media de la superficie terrestre incrementó, a lo largo del siglo XX, 0.6 grados centígrados. En el siglo XXI, se prevé que aumente entre uno y cinco grados.


2. Durante esta centuria, el nivel del mar subirá entre nueve y 88 centímetros, dependiendo de los escenarios de emisiones considerados.


3. Ocurrirá el desplazamiento de ciertas especies hacia altitudes o latitudes más frías, buscando los climas a los que están habituadas. Aquellas que no sean capaces de adaptarse ni transitar se extinguirán.


4. Aumento en la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos.


5. Incremento y propagación de enfermedades infecciosas.


Ante este escenario, para garantizar un planeta habitable en las siguientes décadas y para las generaciones venideras, es preciso hacer frente a las emisiones ocasionadas por la quema de combustibles fósiles. Para ello, desde hace tiempo, se ha puesto atención en las energías renovables, las cuales han ido ganando terreno, cada vez más, dentro de las industrias y hasta en los hogares, aunque no en un porcentaje suficiente para contrarrestar o desaparecer del todo a los combustibles fósiles; y es que, aún, presentan algunos retos.


¿Qué son?


Las energías renovables, tomando la definición de las Naciones Unidas, son aquellas que se derivan de fuentes naturales que llegan a reponerse más rápido de lo que pueden consumirse. Tal como su nombre lo indica, se renuevan continuamente; además, son abundantes y se encuentran en cualquier entorno. La generación de este tipo de energías produce muchas menos emisiones que la quema de combustibles fósiles, llega a ser más barata y genera tres veces más puestos de trabajo que sus contrapartes.


Las energías limpias, verdes, no contaminantes son:


· Solar: Se captura mediante placas térmicas o fotoeléctricas.

· Eólica: Se obtiene a partir de las corrientes de aire, por medio de aerogeneradores.

· Hidráulica: Producida con el almacenaje contenido en las corrientes de ríos y presas.

· Mareomotriz: Generada por los océanos, por mecanismos de canalización hacia turbinas.

· Geotérmica: Se logra aprovechando el calor de la Tierra, con plantas eléctricas.


Los logros y las expectativas


En los últimos años, de acuerdo con Forbes, visualizando un panorama favorable para las energías renovables, se había proyectado que la generación de electricidad, a nivel mundial, a partir de éstas, superaría al carbón a principios del año 2025; sin embargo, se ha registrado un incremento acelerado de energías renovables, que podría adelantar dicho pronóstico. Por ejemplo, la generación renovable mundial aumentó un 7.8 %, en 2022, su tasa de crecimiento más alta en los últimos 30 años.

La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), en su última actualización del Informe del Mercado Eléctrico, indica que las energías renovables superarán al carbón como la mayor fuente de generación de electricidad, por primera vez, en 2024. Esto se daría bajo condiciones climáticas favorables y como resultado del ritmo acelerado de adiciones de capacidad renovable, así como el estancamiento de la generación de electricidad a partir de carbón. De ser así, así, el porcentaje de generación de energías renovables en el suministro mundial de electricidad será superior a un tercio. Asimismo, a partir de este año, se espera que la generación mundial de electricidad a partir de combustibles fósiles se reduzca cuatro veces en los próximos seis años.


Islandia es un caso excepcional y, hasta podría decirse, un modelo a seguir, pues, actualmente y desde hace ya un tiempo, casi el 100 % de la electricidad que se consume en todo su territorio proviene de energías renovables.


En el caso de México, el actual presidente, durante su participación virtual en el Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima, organizado por Estados Unidos, en junio de 2022, se comprometió a producir, a partir de fuentes limpias y renovables, al menos, el 35 % de toda la energía que se consume en el país, en 2024. Para ello, se pretende la modernización de 16 plantas hidroeléctricas, para incrementar la producción anual de energía limpia, en mil 85 gigawatts/hora; también, se tienen acuerdos con 17 empresas estadounidenses del sector energético, para garantizar inversiones que generen mil 854 megawatts de energía solar y eólica.


De igual manera, existe un compromiso colectivo del gobierno mexicano con las principales economías del mundo, para alcanzar la producción de 50 % de vehículos con cero emisiones contaminantes para el año 2030.


Los retos


La posición de las empresas explotadoras de gas natural, petróleo y otros recursos, por motivos de conveniencia económica, llegan a oponerse y a obstaculizar los cambios e iniciativas destinadas a las variantes más ecológicas, realizando enormes inversiones para mantener su papel predominante en un negocio que, prácticamente, rige las leyes económicas internacionales.


A pesar de ello, el sector de las acciones a favor de métodos sustentables ha ido creciendo significativamente. Actualmente, Alemania y China lideran las inversiones en este campo, junto con Estados Unidos, España, Japón e India.


Sin duda, una de las metas primordiales durante este siglo es impulsar fórmulas de producción menos nocivas, que puedan disminuir, paulatinamente, el impacto ambiental sobre el planeta. El cambio puede empezar con diversas alternativas de uso individual energético, que, en pequeña proporción, aportan mucho si se suman esfuerzos.

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