Es la muñeca más popular en la historia de los juguetes, aunque, en realidad, ese concepto se queda corto para referirse a ella, pues es toda una personalidad, una estrella mediática, un ícono de la moda y el estilo, y un referente de superación e independencia, que les ha demostrado a las niñas, niños y jóvenes, a lo largo de seis generaciones, tal como su eslogan lo dice, que pueden ser lo que quieran ser y que no existen límites para lograrlo. Ha servido para entretener, pero también para difundir un importante mensaje de empoderamiento, y aunque parezca ser la chica perfecta, la verdad es que ha tenido que superar muchos obstáculos, enfrentándose a las críticas y a sí misma, pues, en 62 años, la joven eterna ha ido creciendo, madurando, reinventándose y adaptándose a los cambios: pasó de ser una adolescente materialista a una multiprofesionista, defensora de los derechos y la equidad.
Primero, Lilli; después y siempre, Barbie
La creadora de Barbie es Ruth Handler, cofundadora, junto con su esposo, Elliot Handler, de la compañía juguetera Mattel. Durante la década de los 50, Ruth notó que su hija Bárbara prefería vestir y jugar con las muñecas de cartón recortables, que tenían aspecto juvenil, en lugar de las de apariencia infantil, hechas de plástico o de tela. Simultáneamente, se percató de que, en ese entonces, los juguetes dirigidos a niñas se limitaban a simular las labores del hogar, a diferencia de los de su hijo, que le permitían imaginarse como piloto, bombero u otras profesiones. Así, tuvo la idea de crear una muñeca tridimensional, con imagen adolescente, que tuviera ese mismo efecto en las pequeñas. Presentó la propuesta a su esposo, pero él la rechazó.
Por esos años, los Handler realizaron un viaje a Alemania, donde conocieron a Lilli, una muñeca estilizada y elegante, que representaba a la protagonista de una serie de historietas para adultos, que se publicaban en el periódico Bild Zeitung. Parecía tener buena aceptación, así que Ruth se apegó mucho más a su proyecto y convenció a los ejecutivos de Mattel para adquirir los derechos sobre Lilli, luego desaparecerla del mercado y entonces lanzar su muñeca soñada. El 9 de marzo de 1959, en la Feria Internacional del Juguete de Nueva York, la empresa presentó a Bárbara Millicent Roberts, con rasgos muy similares a los de Lilli, de figura esbelta, cabellera rubia, peinada con un flequillo rizado y cola de caballo, y vestida con un traje de baño con estampado de cebra. Su nombre es un tributo a la hija del matrimonio Handler, reducido a Barbie, de cariño.
Al principio, tanto colegas como clientes se mostraron reacios ante la propuesta de Mattel, pues rompía con los modelos de muñecas para niñas fabricados hasta entonces, sin embargo, el éxito llegó al poco tiempo gracias a un comercial de televisión, transmitido por la ABC durante el programa El club de Mickey Mouse, que mostraba a Barbie como si fuera una mujer real (fue el primer juguete en anunciarse de esa forma). Cerca de 350 mil muñecas se vendieron el primer año, a tres dólares cada una y en cualquiera de sus dos versiones: la clásica y la de cabello oscuro.
El universo de Barbie
La muñeca innovó en todos los sentidos, incluido el de la publicidad, pues, desde su presentación, se creó toda una historia alrededor de ella. Se dijo que era una joven originaria de Willows, un pueblo ficticio en Wisconsin, Estados Unidos, y, dada la posterior gran aceptación del público, no tardaron en aparecer otros personajes para completar su universo. A principios de los 60, conoció a Ken (1961), su novio de toda la vida, quien también fue nombrado en honor al hijo de los Handler: Kenneth. En su primera versión, era un chico rubio, que vestía una bermuda roja, camisa a rayas y portaba una toalla amarilla. Para tristeza de muchos, Barbie y Ken terminaron su relación el 14 de febrero de 2004, aunque, afortunadamente, se reconciliaron en la misma fecha, pero de 2011. En esa década, también llegaron sus amigos Midge y Allan (1963).
En 1962, Barbie compró su primer auto; era un Austin-Healey 300 MKII BN7, biplaza, convertible y de color melón. También adquirió su “casa de ensueño”, que denotaba una clase media-alta. Más tarde, en los 90, aparecieron sus hermanas menores: Stacie (1990), de unos 16 años de edad; Skipper (1994), de 10 o 13 años; y Kelly (1994-2010), de 5 años, quien fue reemplazada por Chelsea, en 2011. También ha tenido mascotas, entre las que destacan perros, gatos, loros y caballos, y un sinnúmero de amigos, que se han ido incorporando a su mundo al paso del tiempo.
Ha sido lo que ha querido
Barbie acumula, hasta la fecha, más de 200 profesiones y oficios. Fiel a la idea con la que Ruth la creó, la muñeca debutó en el mundo laboral en 1960, como editora de moda; después, en 1961, como enfermera y azafata; luego, en 1963, como ejecutiva; y fue la primera en llegar a la Luna, cuando se convirtió en astronauta, en 1965 (cuatro años antes de que la humanidad lo lograra en 1969). En los años 70, fue cirujana y medallista olímpica, mientras que en los 80, fue instructora de aerobics, empresaria, estrella de rock, miembro de las fuerzas armadas, ejerciendo distintos cargos, y piloto comercial. La década siguiente la vio desempeñarse como candidata a la presidencia (la cual alcanzó en 2016), policía, atleta de deportes de invierno, bombera y paleontóloga. En 1997, fue nombrada embajadora de la Unicef, y desde entonces, ha colaborado en campañas de prevención del cáncer, la hepatitis B y más.
Entrado el nuevo milenio, realizó skateboarding, fue aviadora, zoologista y, en 2010, ingeniera en computación, la cual fue su carrera número 120, que, además, se decidió mediante una votación del público. También fue piloto de carreras de coches, presentadora de noticias, arquitecta, detective, directora de cine, chef, practicante de artes marciales, constructora, apicultora e ingeniera en robótica. Ha sido protagonista de películas animadas y videojuegos, tiene su propia serie de televisión, perfil en distintas redes sociales y un videoblog en YouTube, en el que habla sobre los problemas en la adolescencia, dando consejos para superarlos.
Comprometida con su misión de seguir inspirando, desde 2015, con la campaña Role Models, Barbie rinde tributo a mujeres destacables y dignas de admiración: con su colección Inspiring Women, ha encarnado a figuras del pasado, como la pintora mexicana Frida Kahlo o la cantante de jazz Ella Fitzgerald; mientras que, con la colección Sheroes, ha homenajeado a personalidades del presente, entre ellas, la golfista Lorena Ochoa y la cantante Zendaya. En total, ha honorado a 50 mujeres de todo el mundo y todos los ámbitos. Tal intención inició en 1967, cuando surgió la primera Barbie que veneraba a una celebridad, se trató de la supermodelo británica Twiggy.
Por otro lado, como un medio de acercar a los jóvenes a la cultura y las artes, se ha caracterizado de personajes icónicos del cine, ha vestido atuendos inspirados en pinturas famosas, como Los girasoles, de Van Gogh, y ha lucido los trajes típicos de los países del mundo. También ha modelado prendas de diseñadores reconocidos, como Óscar de la Renta, Christian Dior, Chanel, Versace, Carolina Herrera y Giorgio Armani.
Pese a las críticas, siempre a la moda
Permanecer vigente 62 años en el mercado es un gran logro para un juguete. Y es que Barbie es parte de la sociedad y ha ido evolucionando con ella, lanzando distintas colecciones, que reflejan la cultura, la moda y el pensamiento de la época. En sus inicios, proyectaba a una mujer de medidas imposibles, con cintura extremadamente reducida, caderas y busto pronunciados. Esto fue blanco de diversas críticas, que alegaban que la muñeca presentaba una imagen distorsionada del cuerpo femenino, lo cual fomentaba que las niñas lo idealizaran, pudiendo caer en desórdenes alimenticios para conseguir la misma apariencia. Asimismo, se reprochaba que fuera la rubia perfecta, pues parecía que trasmitía un mensaje racista y poco inclusivo. Si bien es cierto que el debate sobre esas afirmaciones merece un tema aparte, cabe mencionar que, aunque de forma discreta al principio, en la historia de Barbie pueden identificarse momentos que demuestran que siempre ha tenido un compromiso con la diversidad y la igualdad. En 1968, apareció Christie, la primera muñeca de raza negra, y en 1977, llegó Becky, que andaba en una silla de ruedas rosa. Desde entonces, salieron modelos con distintas características, pero todas eran amigas de Barbie; no obstante, para 1980, Mattel lanzó las primeras muñecas diferentes que no pertenecían a su círculo social, sino que eran ella misma: una de color y una hispana.
De igual forma, la clásica Barbie ha sufrido cambios en su apariencia, como un rostro más limpio, sin tanto maquillaje, y medidas corporales más apegadas a la realidad. De igual manera, con el fin de que más niños y jóvenes se sientan reflejados en las muñecas, en 2016, surgió la colección Barbie Fashionistas, bajo el eslogan “Todos somos Barbie”, que presenta modelos, incluido Ken, con distintos atributos físicos: más de nueve complexiones, más de 35 tonos de piel y más de 94 estilos de cabello, entre colores, cortes y peinados. Fue tan revolucionaria que incluso la revista TIME destacó el hecho en su portada. La línea también considera a las discapacidades físicas, por lo que incluye muñecos en sillas de ruedas y con prótesis de pierna.
No cabe duda que Barbie es una celebridad, ha logrado todo lo que se ha propuesto. Nos ha demostrado que los límites no existen y que las “imperfecciones” son las que nos hacen realmente bellos y únicos. Con 62 años de historia, parece que está en su mejor momento y que aún tiene mucho por dar. Comercializada en más de 140 países, a razón de dos por segundo, su influencia es tal que fue incluida en una cápsula del tiempo (1976-2076), sus primeras versiones y las ediciones especiales ahora son las más codiciadas por los coleccionistas y hasta tiene un retrato pintado por el artista pop Andy Warhol. Por todo ello... ¡por siempre, Barbie!
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