Benjamín Franklin descubre que los rayos son electricidad
- paginasatenea
- 2 jun
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En el siglo XVIII, se sabía poco sobre la electricidad. Algunos científicos europeos ya habían empezado a estudiar los fenómenos eléctricos, pero todavía no se entendía bien su relación con los rayos. Para la década de 1740, en Norteamérica, en lo que aún eran las Trece Colonias, Benjamín Franklin, periodista, estadista y científico, ya era conocido por sus estudios sobre la electricidad.
Como parte de sus investigaciones y con la hipótesis de que la electricidad de un rayo era de la misma naturaleza que la electricidad estática generada en el laboratorio, el 5 de junio de 1752 (aunque algunas fuentes indican que fue el día 15), durante una tormenta eléctrica, Franklin realizó un experimento, que consistió en volar una cometa hecha de seda, con una estructura de alambre que sobresalía por encima, atada a un hilo mojado, el cual, a su vez, tenía atada, en la parte inferior, una llave metálica. Con dicho dispositivo, logró atraer un rayo, cuya electricidad viajó a través del hilo hacia la llave. Al acercar su mano a ésta, Franklin observó que brotó una chispa, con lo que confirmó su hipótesis.
Su hallazgo tuvo un impacto enorme en el desarrollo de la ciencia eléctrica moderna, siendo un parteaguas para el estudio de la electricidad atmosférica; además, lo condujo a la invención del pararrayos, también conocido como “conductor Franklin”, que ha evitado numerosos accidentes y ha salvado muchas vidas. Consiste en una barra metálica vertical, colocada sobre un edificio, conectada a tierra mediante un cable conductor, de modo que cuando un rayo impacta sobre ella, la electricidad es conducida, de forma segura, a tierra.
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