¿Cómo se desarrolla un fármaco?
- paginasatenea
- 2 nov
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El proceso de investigación involucra varias fases, que pueden tomar años

Cuando escuchamos hablar de nuevos tratamientos o medicamentos, rara vez, pensamos en todo el camino que recorren antes de llegar a manos de los pacientes. Detrás de cada avance médico, hay un proceso largo y cuidadoso, conocido como investigación clínica. Este proceso se divide en varias fases, cada una, con un propósito específico y fundamental, para garantizar la seguridad y eficacia de lo que se está probando. En este artículo, le contaremos, de forma sencilla, en qué consiste cada una de estas fases y por qué son tan importantes.
La investigación clínica es fundamental para generar conocimiento médico en beneficio del cuidado al paciente. Particularmente, los estudios clínicos se posicionan como piedra angular para el desarrollo de nuevos medicamentos, ya que permiten determinar su farmacocinética, farmacodinamia, perfil de eficacia y seguridad, así como los posibles efectos adversos (EA).
En concreto, los estudios clínicos se refieren al proceso diseñado para determinar la seguridad y eficacia de un medicamento o dispositivo en seres humanos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), un protocolo clínico es cualquier estudio de investigación en el que participan seres humanos y que asigna, de manera aleatoria, una o más intervenciones para evaluar sus efectos en la salud. De hecho, múltiples tipos de estudios científicos pueden abordar estos objetivos; sin embargo, los estudios clínicos controlados aleatorizados (ECA) se posicionan como el punto de referencia para comparar estas intervenciones en patologías clínicas.
La implementación de los estudios clínicos implica un enfoque riguroso, basado en consideraciones éticas, científicas, estadísticas y legales. Los estudios clínicos tienen como objetivo principal evaluar el perfil de eficacia y seguridad de un producto de investigación en humanos, los cuales sólo se llevan a cabo después de que los resultados de los estudios preclínicos (in vitro e in vivo, o también llamados “modelos animales”) avalen su paso a la fase clínica para la obtención de mejores patrones científicos/éticos, que garanticen la existencia de medicamentos de calidad, seguros y eficaces.
Así, antes de que un producto de investigación sea evaluado en seres humanos, primero, deben haberse realizado estudios preclínicos cuyos resultados comprueben sólidamente que su uso será seguro; es decir, sin EA graves. A partir del descubrimiento de una molécula que potencialmente tendrá alguna aplicación clínica, se requiere un proceso para que un medicamento sea aprobado para ser utilizado en seres humanos. Dicho proceso, regularmente, tiene una duración de 10 años o más, estimándose una inversión superior a 1.5 mil millones de dólares por molécula. Cabe mencionar que, durante este proceso, la mayoría de los desarrollos farmacéuticos (casi del 90 %) no llega a la fase clínica de investigación. Por lo tanto, a continuación, describimos, a manera de esbozo, el proceso de investigación clínica hasta la aprobación de un medicamento, que consta de la fase preclínica y cuatro fases de estudios clínicos.
Los estudios in vitro se refieren a experimentos realizados en entornos controlados fuera de organismos vivos, que, a menudo, implican el estudio de bacterias, animales o células humanas en cultivo. Por su parte, los estudios in vivo se tratan de evaluaciones del rendimiento biológico de fármacos realizadas en organismos vivos; primero, animales y, después, en humanos.
Estudios preclínicos
Tienen como objetivo dar información sobre la seguridad y eficacia de un fármaco candidato antes de pasar a la fase clínica, a través de datos de farmacocinética, farmacodinamia y toxicología, proporcionados por estudios in vitro e in vivo, como son los modelos animales. Sin embargo, estos estudios deben cumplir con las directrices de las buenas prácticas de laboratorio para garantizar resultados fiables, así como cumplir con los requerimientos de las autoridades regulatorias, como la Food and Drug Administration (FDA), en Estados Unidos, o la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), en México, antes de solicitar la aprobación a la fase clínica. El conocimiento de la dosificación y los niveles de toxicidad del compuesto es esencial para determinar si está justificado y es razonablemente seguro proceder con estudios clínicos.
Estudios clínicos fase l
Período de intervención de nueve a 18 meses. Marcan el inicio de las pruebas en humanos, suelen incluir de 20 a 100 voluntarios sanos o personas con la afección objetivo. El enfoque principal es la seguridad, determinando la farmacocinética y la farmacodinamia del fármaco. Pueden establecerse mediciones de resistencia extrema e identificación de posibles efectos secundarios, sentando las bases para los ensayos posteriores.
Estudios clínicos fase ll
Período de intervención de uno a tres años e incluye un grupo de 100 a 300 participantes con la afección que se pretende tratar con el medicamento. Se centran en la viabilidad, verificando si el medicamento logra los resultados esperados, mientras se evalúa su seguridad. Generalmente, se divide en las etapas II a y II b; éstas consideran regímenes de dosificación y confirman el componente de actividad del fármaco.
Estudios clínicos fase lll
Período de intervención de dos a cinco años y, generalmente, son estudios aleatorizados, doble ciego, controlados con placebo, los cuales incluyen de cientos a miles de participantes de diversas poblaciones, y proporcionan evidencia sólida sobre el perfil de seguridad y eficacia del medicamento. Sus resultados, primeramente, son publicados en revistas científicas indexadas con revisión por pares y, luego, presentados a la autoridad regulatoria, como parte de la solicitud para su aprobación comercial.
Estudios clínicos fase lV (postcomercialización o de vida real)
Período de intervención de uno a tres años o más (existen estudios con seguimiento de más 10 años), y comienza tras la aprobación administrativa y posterior comercialización del medicamento en el mercado. Incluye la observación continua del perfil de seguridad y eficacia a largo plazo del fármaco en situaciones reales, con sujetos que pueden ser usuarios del fármaco o individuos pertenecientes a nuevas poblaciones, como niños, ancianos u otras enfermedades. Estas evaluaciones ayudan a identificar EA poco frecuentes o retardados, evaluar efectos en la calidad de vida e investigar los efectos terapéuticos no utilizados.
