En 1931, el médico José Castro Villagrana, entonces director del Hospital Juárez de México, instauró que, a partir de ese año, cada 6 de enero se celebrara la labor de las enfermeras y los enfermeros en nuestro país, como una forma de agradecer y de valorar su presencia y atenciones durante aquellos momentos de convalecencia. El motivo de haber seleccionado ese día fue porque el galeno consideraba que los enfermeros son un regalo de reyes para los pacientes, ya que velan por ellos y los reconfortan.
De acuerdo con las estadísticas, de cada cien enfermeros en México, 85 son mujeres, aunque, en los últimos años, la cantidad de varones ha ido en aumento; esto se debe, en parte, a que la enfermería dejó de considerarse un oficio femenino y actualmente es una profesión que requiere años de estudio y preparación. Cabe decir que, según varios autores, la indumentaria de los enfermeros está cargada de simbolismos que resaltan la nobleza de su trabajo: la lámpara representa la caridad y la esperanza; la cofia puntiaguda, el espíritu de servicio, la humildad y la misericordia; mientras que el uniforme blanco, la pureza y el apoyo frente al otro.