Lugar legendario de dragones
El Barrio Chino está localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, cerca del Palacio de Bellas Artes. Considerado el más pequeño del mundo, tiene una extensión de dos cuadras de la calle de Dolores y está conformado por aproximadamente 15 establecimientos, entre galerías, tiendas, restaurantes y dos consultorios de medicina tradicional.
En la entrada, se puede apreciar el Arco Chino, construido el 16 de febrero de 2008 con el objetivo de convertir el pequeño barrio en una atracción turística. Fue inaugurado por el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad del México, Marcelo Ebrard, y el embajador chino, Yen Hengmin, para conmemorar la inmigración china a la ciudad, y para mejorar relaciones entre la ciudad y la República Popular China. Se encuentra en la Plaza Santos Degollado, una cuadra al oeste de la calle de Dolores. Está hecho de acero-hormigón reforzado, y cubierto en cerámica, granito y mármol, y está decorado con un par de grandes leones de piedra, uno en cada lado, que parecen vigilar la entrada.
Cada llegada del año nuevo chino, las dos calles son el escenario de las celebraciones propias de la cultura china. Comienzan colgando adornos chinos, así mismo esta festividad la presentan con demostraciones de bailes, actividades de artes marciales y lo más importante de ellos son el Baile del Dragón y del león chino, tradición para darle suerte al año que comienza.
Con el nacimiento del ferrocarril en México, llegaron inmigrantes chinos, coreanos, indonesios y filipinos, ubicándose principalmente, en el norte de nuestro país. Algunos vinieron con el famoso comercio del Galeón de Manila, que conectó Acapulco con las Islas Filipinas durante unos 250 años.
Actualmente, estas familias se dedican principalmente al negocio de las lavanderías, cafeterías y restaurantes, donde sirven el famoso café con leche chino, el cual se vierte desde una altura considerable, de una jarra de aluminio a un vaso octogonal, acompañado con galletas de la suerte y bollos choux.
Tiendas de artesanías, fondas con comida tradicional y puestos callejeros son los protagonistas de esta comunidad. Salpicado de amuletos de buena suerte, y adornos deslavados de rojo tradicional, frente a las fachadas es común ver a mujeres con vaporeras repletas de Ham Pa: bollitos chinos al vapor pintados de colores, rellenos de chocolate, chocolate con menta, fresa, durazno, piña, zarzamora, frijol dulce, crema pastelera y capuchino.
En la década de los 40, la apertura del restaurante Shanghái fue fundamental para el desarrollo cultural y económico del Barrio Chino de la capital mexicana. Célebre por la variedad de platillos típicos, muy pronto se convirtió en uno de los negocios de mayor abolengo de la zona. La cocina era tan buena, y se apegaba tanto a la tradición china, que algunos de los ingredientes eran difíciles de conseguir. Infortunadamente, este restaurante, alguna vez frecuentado por políticos y celebridades de la época, tuvo que cerrar.
Otro de los restaurantes icónicos es el Hong King, el segundo más antiguo y que todavía permanece abierto. Es fácil identificarlo por su planta alta con terraza, y porque su decoración se extiende hasta el local de enfrente, con sombrillas y faroles que cuelgan sobre la calle, dando un ambiente festivo.
Su menú, basado en la comida cantonesa tradicional y preparado por chefs de origen chino, se sirve en tiempos. Las recomendaciones de la casa son los dumplings, costillas al horno, pollo salteado en wok con cacahuates y chile de árbol, y láminas de res con piña, salsa agridulce y ajonjolí. Sin embargo, la estrella del lugar es, sin duda, el arroz frito.
Las recetas y técnicas de cocina se apegan a las originales, a tal grado, que hay menús en chino para nativos que quieran comer como en su país. Para beber, las opciones van desde té de jazmín hasta refrescos y cervezas artesanales importados de China.
Otro restaurante famoso es el Restaurante 4 mares. Se popularizó porque fue fundado por el exesposo de la vedette Lyn May. Incluso el menú ofrece una bebida que lleva el nombre de May, que se prepara con leche, kahlúa, vodka y granadina.
Aquí la especialidad son los mariscos, y entre sus platillos famosos están los camarones en salsa de langosta, camarones “estilo mariposa” (envueltos en tocino y fritos) y la sopa de mariscos.
Un imperdible es el restaurante Chung King, cuyo nombre está inspirado en una provincia china de donde provienen los primeros dueños. Abrió hace más de 40 años en el Barrio Chino y hoy es atendido por la tercera generación de los fundadores, que ya implementó otro punto de venta a bordo de un foodtruck, el cual lleva el mismo nombre y se instala en festivales, conciertos y en la alcaldía Benito Juárez.
Ofrece paquetes familiares de comida cantonesa, con “un poquito de todo” (sopa, entremés, agridulce, arroz y plato fuerte). Entre las recetas preferidas están los tallarines con pollo, res, camarón y verduras, y el pescado rebosado en salsa agridulce.
Si lo que prefiere es un postre, no deje de visitar Kochi Kochi Land, un establecimiento inspirado en Harajuku, Tokio, que se caracteriza por ser el centro de la moda.
La especialidad de esta heladería y crepería son los taiyaki, panecitos tipo waffle con forma de pez, que originalmente se rellenan de frijoles dulces, pero es común retacarlos de helado, frutas y golosinas (crema batida, frutas, jalea, chocolate líquido y pockys, o palitos de galleta).
Fue en este barrio donde nacieron las crepas japonesas, cuya diferencia con las tradicionales es la consistencia de la masa, pues es mucho más ligera y elástica, para que se pueda enrollar en forma de cono.
------ RECUADRO-----
Dolores, esquina con Av. Independencia y Victoria
Col. Centro (Área 1), C.P. 6000
México, Ciudad de México.
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