El sol… de poquito en poquito
- paginasatenea
- 2 jun
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El riesgo de cáncer debe motivar una exposición controlada y moderada a la luz solar

Estamos en el mes de la llegada del verano, y, con esto, los planes de vacaciones. Uno de los destinos favoritos de los mexicanos son las playas, o bien, los sitios frescos donde haya agua y sol. El bronceado intencional es una práctica común en esta época, sobre todo entre las personas de piel clara. En un estudio, se observó que el 70 % de las personas con tipos de piel menos pigmentada (tipos de Fitzpatrick I y II) intentan oscurecer su tono de piel; mientras que eso sucede solamente en 19 % de las que poseen los tipos III y IV.
Beneficios del bronceado
Tomar el sol no es malo, por el contrario, es benéfico, pero debe hacerse con precaución. El bronceado contribuye al aumento de los niveles de vitamina D, necesaria para la correcta absorción de calcio y, por ende, para mantener la salud de los huesos y prevenir enfermedades asociadas a una baja densidad ósea.
También, se ha dicho que puede generar un incremento en la energía y mejorar el estado de ánimo, lo que, en parte, podría explicarse por la creencia de que el bronceado confiere mejor apariencia física. La Asociación de Bronceado en Interiores (Indoor Tanning Association) asegura que un bronceado base puede, incluso, brindar protección contra las quemaduras solares en forma natural, puesto que la radiación UV produce un factor de protección solar (SPF, por sus siglas en inglés) con grado de tres a cuatro, lo que podría deberse a cambios adicionales a la hiperpigmentación, como la hiperplasia epidérmica.
Los riesgos
La radiación UV promueve distintos tipos de cáncer de piel, como el carcinoma de células basales, el carcinoma de células escamosas y el melanoma.
La exposición a la luz solar y las quemaduras intermitentes mantienen una asociación positiva con el melanoma, lo que no sucede con la exposición crónica. Existe una asociación débil y una relación dosis-respuesta entre el uso de camas de bronceado y el melanoma; el riesgo de desarrollar este cáncer, incluso, se duplica entre las personas que empiezan a utilizar estos artefactos en edades inferiores a los 35 años. El melanoma, también, se ha asociado poderosamente con la migración durante la infancia, desde zonas con menor radiación hacia otras con mayor radiación UV.
Sobre los cánceres de células escamosas y de células basales, es variable la relación que mantienen con la exposición a los rayos UV de la luz solar o de camas de bronceado. En un estudio de revisión, se demostró que la exposición acumulada a la luz solar se asocia con los carcinomas de células basales y escamosas, pero la exposición intermitente solamente tenía relación con el carcinoma de células basales. El historial de quemaduras solares causa un aumento en el riesgo de desarrollar estos tipos de cáncer de piel.
Por otro lado, las quemaduras solares sufridas durante la infancia se asociaron con carcinoma de células escamosas, mientras que las quemaduras a cualquier edad tenían vínculo con el cáncer de células basales. El bronceado en interiores tuvo asociación con el carcinoma de células escamosas, pero no se observó esto con respecto al de células basales.
No hay que olvidar que la exposición frecuente a la luz solar acelera el envejecimiento de la piel, lo que se atribuye al efecto de la radiación UV y la generación subsiguiente de radicales libres, teniendo la luz infrarroja un papel importante. Este último tipo de radiación, probablemente, promueva el envejecimiento de la piel por ruptura del colágeno y aumento de las especies reactivas de oxígeno. El bronceado en interiores, como el que se adquiere en las camas de bronceado, también aumenta el riesgo de cáncer de piel y de quemaduras solares, y acelera el fotoenvejecimiento.
Las mujeres de piel blanca se ven motivadas socialmente, por conceptos de cosmética, a broncearse. Es curioso que las personas que poseen piel oscura y los adultos de edad avanzada son los que menos se interesan en broncearse, a pesar de tener mayor riesgo de padecer deficiencias de vitamina D y quienes son los que podrían obtener mayores beneficios al hacerlo.
¿Exponerse o no?
La exposición solar es benéfica cuando se hace en forma moderada, porque el exceso puede resultar dañino. Cada persona debe recibir consejos individualizados por parte de su médico, con base en su tipo de piel, antecedentes y riesgos de cáncer cutáneo, y otras condiciones médicas existentes.
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