El 13 de junio del 323 a. C. (algunas fuentes refieren el día 10), en su palacio de Babilonia, a los 32 años de edad, falleció el máximo conquistador de la historia, cuyos dominios abarcaban los territorios griegos y la región de Asia menor, quien fue inspiración para otros colonizadores, como Julio César y Napoleón Bonaparte. La causa de su muerte aún se desconoce, pero se cree que pudo ser producto de fuertes fiebres o de un envenenamiento.
Nacido en el 356 a. C., asumió el trono de Macedonia en el 336 a. C., a los 20 años, luego de la muerte de su padre, el rey Filipo II. Había sido educado a cargo de Aristóteles, quien le inculcó un gran gusto por la cultura griega. Al inicio de su reinado, conquistó la Hélade (parte de Grecia) y, luego, continuó su expansión hacia el Imperio persa. Asimismo, se hizo de Egipto y, después de vencer completamente a los persas, entró triunfante a Babilonia. Intentó extenderse hacia India, pero desistió debido a que su ejército estaba agotado.
Aunque poseía tres esposas, se cree que mantuvo una relación sentimental con Hefestión, su general de confianza. Después de su muerte, su gran imperio no perduró, pues se desataron enfrentamientos entre sus soldados, quienes mataron a las mujeres e hijos del soberano, y se repartieron el territorio, formando los Estados helenísticos.