Riesgos y sanciones a las farmacias por vender antibióticos sin receta en México
- paginasatenea
- 1 jul
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En México, la venta de antibióticos sin receta médica no sólo representa una práctica ilegal, sino, también, un problema serio de salud pública. A pesar de las regulaciones vigentes, esta práctica persiste en algunas farmacias y establecimientos informales, fomentando la automedicación, la resistencia bacteriana y el uso incorrecto de medicamentos.
¿Por qué es peligroso?
Los antibióticos no son medicamentos comunes; están diseñados para tratar infecciones bacterianas específicas, por lo que su uso inadecuado puede tener consecuencias graves. Uno de los principales riesgos es el desarrollo de resistencia bacteriana, es decir, cuando las bacterias “aprenden” a sobrevivir al efecto de los antibióticos, volviéndose más difíciles –o imposibles– de eliminar. Esto no sólo pone en peligro la salud del paciente, sino, también, la de toda la comunidad.
Además, sin la orientación adecuada de un profesional de la salud, los pacientes pueden consumir antibióticos innecesarios o inadecuados, lo que puede provocar efectos secundarios, reacciones alérgicas o, incluso, el desarrollo de otras enfermedades más graves, debido a la falta de eficacia del tratamiento. En consecuencia, el uso incorrecto de un antibiótico puede agravar el estado de salud del paciente.
Como farmacéutico, es importante siempre recomendar la consulta de un médico, ya que es fundamental que él identifique el problema, determine el tratamiento adecuado para cada tipo de infección bacteriana y proporcione la receta médica, indicando la dosis correspondiente, para una estricta indicación y supervisión, para evitar la automedicación, que es perjudicial para la salud.
Las farmacias están obligadas a cumplir con los lineamientos a los que está sujeta la venta y dispensación de antibióticos, publicados en el Diario Oficial de la Federación desde agosto de 2010. “Un dispensador responsable contribuye a mejorar la salud de la población”, menciona la Guía para la correcta dispensación de antibióticos, publicada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
¿Qué dice la ley?
En México, la venta de antibióticos está regulada, de manera estricta, por la Ley General de Salud, con el objetivo de proteger la salud pública y prevenir el uso indiscriminado de estos medicamentos. De acuerdo con los artículos 31 y 32 del Reglamento de Insumos para la Salud, es obligatorio que el cliente presente una receta médica para adquirir cualquier antibiótico.
La receta debe cumplir con requisitos específicos, establecidos en los artículos 29 y 30 del mismo reglamento; estos son nombre completo, domicilio y número de cédula profesional del médico que prescribe, así como la fecha de emisión de la receta y su firma autógrafa. Además, debe especificar claramente la dosis, presentación, vía de administración, frecuencia y duración del tratamiento indicado.
El artículo 31 señala cómo deben prescribirse correctamente los medicamentos. En el caso de los medicamentos genéricos, es indispensable anotar su denominación genérica y, de manera opcional, se puede incluir la denominación distintiva o comercial. Para otros medicamentos, puede utilizarse tanto la denominación distintiva como la genérica.
Por su parte, el artículo 32 establece que los medicamentos deben prescribirse conforme al Cuadro básico de insumos para el primer nivel de atención, o al Catálogo de insumos para el segundo y tercer nivel, dependiendo del tipo de atención médica requerida.
Las farmacias, por ley, están obligadas a solicitar la receta médica al momento de la venta y a llevar un registro de estos movimientos, ya sea en formato físico o digital. Esta disposición fue reforzada por la COFEPRIS como parte de una estrategia nacional para combatir la creciente amenaza de la resistencia antimicrobiana.
Actualizaciones recientes: mayor control frente a la resistencia antimicrobiana
En julio de 2023, se publicó un decreto que reformó y adicionó diversas disposiciones a la Ley General de Salud, enfocándose en el combate a la resistencia antimicrobiana. Estas reformas refuerzan el marco legal existente y establecen nuevas medidas, tales como:
Supervisión más estricta de la venta de antibióticos, tanto en farmacias físicas como en plataformas en línea.
Mayor coordinación entre instituciones de salud, reguladores y profesionales médicos.
Campañas educativas para promover el uso racional de los antimicrobianos.
Revisión y actualización de los protocolos de prescripción y dispensación de estos medicamentos.
Estas modificaciones no sólo consolidan la exigencia de la receta médica, sino que, también, buscan reducir la automedicación y la distribución irregular de antibióticos, factores clave en el desarrollo de bacterias resistentes a los tratamientos actuales. Cumplir con esta normativa es una obligación legal y una responsabilidad compartida entre profesionales de la salud, farmacias y pacientes. La resistencia antimicrobiana representa una amenaza creciente para la salud global, y su contención requiere del uso responsable de estos medicamentos esenciales.
Informarse, exigir el cumplimiento de la ley y evitar la automedicación son pasos fundamentales para asegurar que los antibióticos continúen siendo efectivos hoy y en el futuro.
¿Qué pasa si una farmacia incumple?
Las farmacias que venden antibióticos sin receta enfrentan sanciones severas. Entre las consecuencias legales, se incluyen:
Multas que pueden superar los 800 mil pesos, dependiendo de la gravedad de la infracción.
Clausura temporal o definitiva del establecimiento.
En casos muy graves, acciones penales, por poner en riesgo la salud pública.
Además, los establecimientos pueden perder su Aviso de Funcionamiento, documento indispensable para operar legalmente.
¿Qué hacer si se detecta esta práctica?
Cualquier persona puede reportar la venta irregular de antibióticos. Las denuncias pueden hacerse de forma anónima ante la COFEPRIS, a través del portal www.gob.mx/cofepris o llamando al Centro de Atención Telefónica de la COFEPRIS, al 800 033 5050.
Combatir la venta ilegal de antibióticos es una responsabilidad compartida. Los profesionales de la salud, las farmacias y la ciudadanía juegan un papel clave para garantizar el uso responsable de estos medicamentos. La salud no debe ponerse en manos del azar y, mucho menos, en prácticas que, aunque parezcan menores, tienen consecuencias profundas para el bienestar de todos.
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