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Ámbar gris, tan ‘asqueroso’ como valioso




El ámbar convencional, ese que parece un cristal de color miel, se genera a raíz de la fosilización de la resina de ciertos árboles, como los coníferos. Sin embargo, existe otro tipo de ámbar, el gris, que también se produce de forma natural, aunque no tan romántica como la del primero; por el contrario, podría resultar un poco repugnante, ya que involucra procesos escatológicos.


Por decirlo de alguna manera, el ámbar gris es el excremento de los cachalotes, pero no se trata de toda su materia fecal, sino de una en particular, la cual es resultado de un problema digestivo. Aun así, es considerado un producto de lujo, que llega a valer tanto o más que el oro. Un kilo puede venderse entre los 10 mil y 71 mil dólares.


Es utilizado en la cocina, la medicina, como afrodisíaco y en la industria de la perfumería, donde tiene su principal aplicación, pues, aunque suene increíble, posee un aroma exquisito, dulzón, que otorga a las fragancias notas sensuales y de pasión; además de que ayuda a que perduren por más tiempo en la piel.



El ámbar gris y sus bondades ya se conocían en los tiempos antiguos. La civilización china, desde antes de Cristo, ya era consciente de su bello olor; era conocido como ‘perfume de baba de dragón’, ya que se pensaba que provenía de dichas criaturas que habitaban en los océanos. Se usaba como tratamiento contra diversos padecimientos y como terapéutico.
Para los egipcios, era un sustituto del incienso y lo aplicaban en la elaboración de aceites perfumados y en medicina, al igual que los árabes. De forma generalizada, ha sido un ingrediente muy presente en la comida afrodisíaca, por actuar como estimulante sexual.

Oro marino

¿Por qué es tan codiciado? Porque es muy escaso y tarda décadas en formarse. Primero, no todos los cachalotes lo producen; sólo lo hace el 1 % de su población. Y segundo, como mencionamos al principio, el ámbar gris se obtiene únicamente de heces generadas bajo circunstancias específicas.


La dieta de estos cetáceos se compone, principalmente, de calamares; en un día, son capaces de devorar hasta una tonelada de ellos. El cuerpo de estos moluscos posee ciertas partes duras, puntiagudas y filosas, que son difíciles de digerir para las ballenas, por lo que suelen regurgitarlas. Sin embargo, cuando dichos fragmentos continúan su recorrido por el sistema digestivo, los órganos internos secretan una sustancia, llamada ambreína, que los encapsula, para evitar que causen desgarres.


Los cachalotes, después, expulsan esos desechos en forma de heces o, en ciertas ocasiones, como vómito. Es un proceso complicado, por lo que pueden presentar dificultades para completarlo, causándoles la muerte. En ese caso, los residuos serán expulsados cuando su cuerpo explote por la descomposición.


Ya en el exterior, en principio, esta peculiar ‘materia fecal’ es un fluido viscoso y maloliente, pero al paso de los años, al permanecer en contacto con el agua salada y los gases de la atmósfera, adquiere una consistencia cerosa, con una coloración grisácea, y su aroma se torna agradable. Es en ese momento cuando se convierte, propiamente, en ámbar gris. Cuanto más tiempo pase en el mar, más refinado se vuelve y, por ende, su valor aumenta.


Llega a las playas al ser arrastrado por las olas, pero no es muy común encontrarse con muestras de ámbar gris en la arena; eso es casi un golpe de suerte. Y aun cuando hubiera la remota posibilidad de estar parados frente a una, por su apariencia, podríamos confundirla con una simple roca.



La palabra ‘ámbar’ proviene del árabe y significa ‘lo que flota en el mar’, que hace referencia a la manera en que los hombres de la Antigüedad descubrieron este tesoro marino.

Los inconvenientes

Como ya hemos dicho, es un material importante en la elaboración de perfumes, porque potencializa los aromas y sirve de fijador. Pero, al ser escaso y altamente cotizado, las fragancias que lo incorporan, por lo tanto, son muy costosas. Es por ello que la población de cachalotes se ha visto amenazada, ya que muchas personas intentan cazarlos para obtener la sustancia. Y es que ésta es imposible de fabricar en laboratorio; se ha logrado crear sustitutos similares, pero distan mucho de la calidad del original.


Ahora bien, el elemento activo del ámbar gris es la ambreína, la cual, curiosamente, en estado virgen, es inodora. Sin embargo, para que adquiera sus efectos aromáticos y afrodisíacos, es necesario que se cumpla su proceso de exposición al agua y al oxígeno, de modo que la cacería de ballenas resulta completamente inútil.


Aunque, en América Latina y Europa, la comercialización de ámbar gris es legal bajo ciertas condiciones, Estados Unidos prohíbe su uso y penaliza, incluso, a quien recoja un trozo en las playas.


Qué ironía, ¿no cree?, que algo tan asqueroso sea, a la vez, tan valioso.



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