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Bacalar, entre siete tonos de azul




Bacalar es un Pueblo Mágico, ubicado en el estado de Quintana Roo, a 40 kilómetros de Chetumal, que se distingue de los demás por el paraíso natural acuático que le preside y por su interesante historia, que abarca desde los asentamientos mayas hasta luchas de piratas durante el período colonial. Es un lugar ideal para relajarse, explorar la biodiversidad lagunar, refrescarse en sus aguas azuladas y disfrutar de los maravillosos amaneceres y atardeceres, así como de la cultura y de la gastronomía local.


El lugar de los carrizos

La actual región de Bacalar fue fundada entre los años 415 y 435, por los itzáes, un pueblo maya proveniente de Petén, Guatemala, que emigró hacia la península de Yucatán. A su nuevo asentamiento lo llamaron Siyan Ka’an Bakhalal, que significa ‘cerca o rodeado de carrizos’, y permanecieron ahí cerca de seis décadas, pues volvieron a movilizarse alrededor del 495.


La península yucateca, después, fue ocupada por más comunidades mayas, por lo cual se dividió en 16 provincias; Bakhalal era una de las zonas más importantes, por ser el punto de llegada de las mercancías provenientes de Centroamérica. Después de la Conquista, en 1535, Alfonso Dávila arribó a la región y fundó la Villa Real; no obstante, al poco tiempo, tuvo que abandonarla debido a un ataque maya. En 1543, Gaspar Pacheco, por órdenes de Francisco de Montejo y León, sometió a los indígenas y, al año siguiente, denominó al lugar como Salamanca de Bacalar, retomando su función como punto fundamental de intercambio comercial.


Entre los siglos XVII y XVIII, Bacalar vivió, nuevamente, un período de inestabilidad a causa de los constantes ataques de piratas de Francia, Holanda e Inglaterra, naciones que estaban en conflicto con España debido a la ambición por establecer colonias en América. Durante las primeras décadas del siglo XIX, el sitio se mantuvo en paz y prosperidad, realizando exportaciones de madera del árbol de tinte, azúcar, frutas y ganado porcino y caprino; no obstante, en 1848, los grupos mayas se revelaron contra el gobierno, intentando recuperar sus tierras. En 1902, Ángel Ortiz reconquistó la zona y, con ayuda de Othón P. Blanco, logró establecer un diálogo pacífico con los mayas. Desde entonces, Bacalar ha ido creciendo, al punto de que es considerado uno de los lugares favoritos del sureste mexicano para vacacionar; sobre todo, desde que fue incorporado al programa nacional de Pueblos Mágicos, en 2006.


A continuación, le enlistamos los imperdibles de este pequeño pero maravilloso lugar, para que disfrute, al máximo, su próxima visita.



Laguna de Bacalar

Es el principal atractivo del pueblo de Bacalar y abarca más de 50 kilómetros de extensión. Es también conocida como ‘laguna de los siete colores’ porque, debido a los organismos y minerales presentes en el suelo, la tonalidad de sus aguas varía en ciertos puntos, pasando desde el azul intenso, el turquesa, hasta llegar a lo más cristalino. Sus orillas están cubiertas por arena blanca, muy fina y suave, y en los alrededores, se han construido hoteles, casas y cabañas de madera, con columpios y hamacas, pensados para descansar. Algunos de ellos son comercios que ofrecen servicio de spa.


La laguna no es muy profunda y sus corrientes son tranquilas, de modo que es posible nadar y flotar sin problemas o pasear en lancha o kayak; sin embargo, posee algunas zonas con pozos, en los que se pude bucear y practicar esnórquel. El más popular de ellos es el llamado Cenote azul, el cual se puede visualizar desde la carretera. Mide 300 metros de diámetro y 90 de profundidad.


De igual manera, está el Cenote negro, el cual, aunque su circunferencia es la más pequeña de toda la laguna, es el más hondo, con variaciones en el terreno, que van desde uno hasta los 100 metros de profundidad. Es por ello que se aconseja tener precauciones a la hora de adentrarse en él; es posible bucear, pero con la supervisión de un profesional. Es referido, también, como ‘Cenote de la bruja’ debido a una leyenda local, que cuenta que, hace mucho tiempo, en los márgenes del pozo, vivía una anciana de casi 100 años, quien, al ser desalojada para construir una escuela, lanzó un hechizo sobre sus aguas, condenando a todo el que nadara en él.





Otros cenotes son el Esmeralda y el Cocalitos; este último se distingue por sus camas de piedra fosilizada, de color miel, conocidas como estromatolitos, que son formaciones prehistóricas.


En otro punto de la gran laguna de Bacalar, se ubica el Canal de los piratas, que adquiere su nombre en virtud de que ahí solían tener lugar los enfrentamientos entre estos bandidos. A la entrada del canal, hay un enorme barco hecho de cemento, que se construyó con la intención de convertirlo en un restaurante; sin embargo, el proyecto fue cancelado, ya que atentaba contra la ecología; ahora, sólo forma parte de la escenografía para tomar buenas fotos.


La isla de los pájaros es una superficie terrosa, en la que se puede practicar ecoturismo y admirar grupos de diversas especies de aves endémicas, como el gavilán caracolero, la garza, el loro, el jilguerito dominico, entre otras.


En la parte sur de la laguna, se encuentra otra más pequeña, llamada Xul-Ha, a aproximadamente 28 kilómetros de Chetumal. Su nombre significa ‘donde termina el agua’ y, ahí, también, se puede nadar o pasear en lancha. Los Rápidos de Bacalar es un balneario-restaurante que se estableció sobre el pequeño canal que separa ambas lagunas. En este sitio se pueden degustar exquisitos mariscos y dejarse llevar por las corrientes de agua, cuya velocidad varía dependiendo de la época del año, sin llegar a ser peligrosas.



Fuerte de San Felipe

Se ubica a un costado de la laguna de los siete colores y es la edificación que da acceso al pueblo de Bacalar. Se terminó de construir en 1733, como un medio de defensa contra las invasiones de los piratas. Su gran resistencia se debe a sus fuertes muros, hechos de piedras calizas, marinas y volcánicas. Su estructura tiene forma de estrella de cuatro picos; cada uno, dedicado a Santa Ana, San Antonio, Santa María y San Joaquín. En la planta superior, anteriormente, poseía un almacén de pólvora, una capilla, una sala de armas, una bodega de provisiones y un cuartel de tropas. Asimismo, 34 cañones, de los cuales sólo se conservan 11. Posteriormente, se le adicionó un puente levadizo y una torre de vigilancia, desde la que se puede admirar el bello panorama lagunar.


Actualmente, la fortaleza es un museo que resguarda una colección de objetos arqueológicos mayas y coloniales, como municiones, armas y mapas. Está acondicionado con seis pantallas, en las que se proyectan videos que presentan la fundación del pueblo de Bacalar y la influencia de los ataques piratas en su historia.





Plaza principal

Comienza detrás del Fuerte de San Felipe. Su entorno es muy pintoresco, pues la mayoría de las fachadas de las casas está pintada con colores pastel; además, 100 paredes a lo largo de todo el pueblo están tapizadas con arte urbano, en donde se retrata la historia y las riquezas naturales de Bacalar. Esta serie de pinturas se conoce como la Ruta de los murales, los cuales fueron hechos por artistas nacionales y extranjeros; son tan hermosos que vale la pena tomarse una fotografía con alguno de ellos de fondo.


Recorriendo las calles del centro de Bacalar, se puede encontrar la Parroquia de San Joaquín, patrono del pueblo y santo de los panaderos y carpinteros. Cada año, en agosto, se celebra una fiesta en su honor, en la que los habitantes acostumbran pasear su imagen a lo largo de la laguna, durante nueve días.


Otro atractivo es la Casa internacional del escritor, un complejo formado por cinco casitas que resguardan los trabajos de escritores y poetas mexicanos y de otros países. Constantemente, se realizan distintas actividades culturales, como círculos de lectura o talleres de escritura, entre otras.


Y por supuesto, no pueden faltar los restaurantes de mariscos o de otro tipo de comida, como la italiana, para los visitantes extranjeros. También, pueden encontrarse cafeterías, que ofrecen un ambiente más relajado, y tiendas de artesanías.


Si está planeando salir de vacaciones en esta temporada de calor, sin duda, Bacalar es una buena y refrescante opción.



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