Es el juguete más vendido de la historia, tan atractivo como agobiante, por el reto que supone resolverlo. Pero su invención no se dio con fines lúdicos, sino educativos, ya que su creador, el arquitecto y escultor húngaro Ernö Rubik, lo diseñó y construyó el 19 de mayo de 1974, como un recurso para explicarle a sus alumnos universitarios algunos conceptos sobre geometría tridimensional.
El “cubo mágico”, como originalmente lo nombró Rubik, está formado por pequeñas piezas cúbicas, distribuidas en una secuencia 3x3, cuyas caras tienen un color determinado: blanco, rojo, azul, naranja, verde y amarillo. El objetivo es girar los cubitos hasta que las caras del mismo color queden agrupadas. El propio Rubik no fue consciente del problema que había planteado hasta que desacomodó su prototipo e intentó armarlo de nuevo. Él mismo ha confesado que tardó casi un mes en reordenarlo.
Según cálculos matemáticos, existen 43 trillones de caminos posibles para llegar a la solución y en todos se presenta el número de Dios, que determina que cualquiera que sea el desorden del cubo, éste puede rearmarse con sólo 20 movimientos. Es tal la popularidad e intriga que causa este juguete que, incluso, se organizan competencias mundiales que incluyen diferentes modalidades. El récord de armado del cubo, en su versión clásica, es de cuatro segundos y lo ostenta un joven chino.
Σχόλια