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De España, de Inglaterra, de Francia… ¿De dónde proviene originalmente la baraja?



 

La baraja es una forma de entretenimiento de azar, que la mayoría de las personas conoce y ha jugado, pues su popularidad es tanta que, desde sus orígenes hasta la actualidad, se han desarrollado diferentes tipos de mazos, para todos los gustos. Sin embargo, todas las variedades comparten algunas características generales, como el hecho de que son un conjunto de naipes o cartas, las cuales, de un lado, tienen dibujos, números y/o letras, según su valor, mientras que, al otro dorso, todas tienen el mismo diseño, que impide reconocerlas.

 

Un juego muy antiguo

Entre las principales preguntas que pueden rondar a este tema, suelen estar: ¿cuándo y quién inventó la baraja? Tristemente, no hay documento que dé la certeza al respecto. No obstante, los historiadores apuestan a que pudo provenir de China, ya que, por el siglo X, cerca del año 969, se mencionaba que el emperador chino Mu Tsung se sentía afligido porque le atribuía al juego de cartas todas las desgracias de su pueblo, por lo que lo prohibió, aunque la gente, de forma clandestina, siempre encontraba la manera de volver a jugar. También, del mismo país, pero en el año 1120, se decía que el emperador S’eun-Ho distraía a sus concubinas con los naipes.

 

Otra teoría dice que la baraja pudo haberse originado en la India, ya que se cuenta que la esposa de un maharajá, para ayudarlo contra la melancolía que sufría, utilizaba la baraja para que su mente estuviera ocupada. Y, como es de esperarse, hay quienes afirman que fue un invento de los antiguos egipcios.

 

También, se tiene la teoría de que el primer uso de la baraja fue mágico y que las cartas se usaban sólo como un método de adivinación, como si se tratara de una especie de juego sagrado de carácter simbólico y ritual.

 

Por lo anterior, es comprensible que existan diferentes tipos de barajas, ya que éstas se asocian a la cultura o país en donde se ocupaban, por ejemplo, la baraja española, la inglesa, la francesa o la de tarot.

 

Ahora bien, se piensa que fueron los Cruzados quienes llevaron a Europa, entre los siglos XIII y XIV, el juego de cartas, inventado en china. También, se cree que pudieron ser los árabes los que introdujeron esta práctica en Europa a través de los reinos cristianos de España. Esta versión se sustenta en que la baraja occidental más antigua pudiera ser la española, cuyos palos son los oros, las copas, las espadas y los bastos, los cuales coinciden y pudieran ser una adaptación de los de la baraja árabe, que eran monedas, copas, cimitarras y bastones.

 

Para 1310, el juego de cartas ya era tan popular en España que se vetó en Barcelona, lo que dio lugar a la mención más antigua del juego de naipes en Europa. En 1331, entre los estatutos para la orden de caballería de la Banda fundada por don Alfonso XI de Castilla, se establecía como prohibido que los caballeros jugaran a los naipes. De igual manera, Juan I de Castilla, en 1387, suprimió este juego de azar.

 

De forma similar, así como llegó a España, se propagó a los demás países europeos. Se cree, incluso, que, del reino de Aragón, pasó a Italia, pues, en 1299, dicho país ya tenía conocimiento del juego de cartas. Por su parte, en Francia, en 1337, en las constituciones de la Abadía de San Víctor, en Marsella, con el afán de prohibirlo a los frailes, se menciona un juego llamado “páginas”, el cual podría referirse a los naipes de la baraja.

 

La evolución de su diseño y significado

Como es evidente, en la Edad Media, la baraja se volvió muy conocida en el Viejo Continente; una de las principales razones fue por su elaboración. Y es que, en sus inicios, lo que hoy conocemos como cartas eran piezas hechas de marfil y huesos (semejantes a las fichas de dominó o a los dados), hasta que los propios chinos inventaron el papel, en el siglo XII, y, entonces, comenzaron a elaborarse, poco a poco, con este material. Con la invención de la imprenta, a mediados del siglo XV, la creación y distribución de mazos tuvo mayor alcance, lo que hizo que la baraja fuera accesible para casi cualquier persona.

 

La baraja ha tenido cambios con el paso del tiempo y por la ubicación geográfica, pues se va adaptando a la cultura que la adopta y propaga. Por ejemplo, en China, las primeras cartas tenían símbolos característicos del país, como el bambú, la escritura, monedas, entre otros. Cuando la baraja se trasladó por el Medio Oriente, se determinó que estaría conformada por cuatro símbolos o palos; cada uno de ellos, según se cree, está dedicado a una actividad en específico: las monedas significan el comercio, las espadas aluden a la guerra, los bastos representan la agricultura, y las copas se asocian a los ritos religiosos.

 

Fue también por ese momento que se estableció que cada palo constara de 13 cartas, lo que dio un total de 52 naipes. Se piensa que se determinó que fueran 13 en honor de los meses lunares, mientras que las 52 cartas se asociaron a las 52 semanas que dura el año, aunque esto es sólo una especulación. Por otro lado, los egipcios incorporaron, junto con los 10 primeros números, al rey, un virrey y un subjefe; y fue con este modelo que la baraja entró a Europa.

 

En Francia, la baraja cambió nuevamente, pero sólo en sus símbolos, ya que, en esencia, no se modificó el significado de cada palo. El diseño que quedó fue el siguiente: las monedas pasaron a ser diamantes; las espadas se transformaron en picas; los palos o garrotes, en tréboles; y las copas, en corazones. Además, se determinó que estarían las figuras del rey, la reina y el llamado joto.

 

De la misma manera, a cada palo se le asignó una figura importante para los franceses de la Edad Media. El rey de picas representa al rey David de Israel; el rey de diamantes, al rey César de Roma; el rey de tréboles, a Alejandro Magno; y el rey de corazones, a Carlomagno. El significado de las reinas es el siguiente: la de picas es la diosa griega Atenea; la de diamantes es Raquel, la esposa de Jacob en la Biblia; la de tréboles es Regina, palabra en latín que significa ‘reina’; y la de corazones es Judith, otra mujer emblemática de la Biblia. En cuanto a los jotos (o sirvientes de armas), el de picas representa a Ogier el Danés, un caballero de Carlomagno; el de diamantes es Héctor, el príncipe troyano; el de tréboles es Lancelot, caballero del rey Arturo; y el de corazones es Esteban de Vignolles, escolta de Juana de Arco.

 

Como se ha mencionado, en la Edad Media, se popularizó mucho el juego de cartas, pero la razón principal de que éste se prohibiera no fue por los momentos de ocio que podía proporcionar, sino, en realidad, por las apuestas que había de por medio. Para que los jugadores pasaran desapercibidos y pudieran ocultar su mazo de cartas en caso de ser detenidos, los europeos les añadieron más detalles a las figuras tradicionales y aumentaron el número de cartas a la baraja, lo que originó que se creara la baraja de tarot, la cual también fue condenada por el clero.

 

Y como sucede muchas veces, la prohibición volvió más interesante el juego, de tal manera que las autoridades vieron que esa medida era una causa perdida; por ello, optaron por ponerle impuestos a las barajas. Fue entonces que se empezaron a estampar las cartas después de que se pagara dicho impuesto. En la actualidad esa costumbre se puede ver en la primera carta de la baraja, la cual siempre es el as de picas; por ello, ésta tiene una marca especial que la hace diferente del resto.

 

Ahora bien, los ingleses se basaron casi por completo en la baraja francesa para el diseño de sus naipes, ya que sólo cambiaron el 1 por el as. Dado que, en los siglos venideros, los británicos expandieron su imperio por todo el mundo, hicieron que su baraja fuera la más reconocida a nivel global, razón por la cual la carta del rey viene acompañada de la letra K (king); la reina, por la Q (queen); y el joto, por J (Jack). Con respecto al joker o al comodín, éste apareció por primera vez en Estados Unidos, por el año 1863; se considera la carta de mayor poder sobre las demás, ya que favorece al jugador que la posee, aunque realmente son pocos los juegos que la toman en cuenta, sin embargo, se sigue incluyendo en los mazos actuales.

 

Hoy en día, el juego de cartas sigue vigente a pesar de todas las opciones digitales y virtuales que nos ofrece la tecnología del siglo XXI; y es que ¿quién no se la pasa bien con una partida de póker o de solitario? El entretenimiento que proporciona la baraja es tanto que, en vez de olvidarla, se ha ido actualizando, tanto así que hay nuevos juegos a partir de las cartas, como el Uno, o bien, se fabrican mazos coleccionables, con diferentes diseños.

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