Son un grupo heterogéneo de enfermedades que afectan al músculo estriado, originadas por mutaciones en genes, que determinan la reducción, ausencia o disfunción de proteínas esenciales para la estabilidad estructural y funcional de las fibras musculares esqueléticas, lo que conduce a la destrucción y debilidad muscular de forma progresiva. La fisiopatología de cada distrofia muscular es diferente, dependiendo de la proteína afectada. Es importante mencionar que las proteínas mutadas pueden ser parte estructural y/o funcional de cualquier componente de la fibra muscular, así como de la matriz extracelular que las rodea.
A nivel histopatológico, existe una combinación de necrosis y regeneración, asociada al aumento del tejido conectivo intersticial, variando según el momento evolutivo del cuadro. Este fenómeno de destrucción muscular lleva, con el tiempo, a un reemplazo del músculo por tejido fibroadiposo. En conjunto, dichas características permiten diferenciar a las distrofias musculares de otras miopatías no distróficas, como las congénitas, metabólicas, inflamatorias, entre otras.
Se caracterizan por debilidad muscular progresiva de las extremidades, el tronco y la cara, con severidad variable en cada caso. En ocasiones, se involucra de manera específica musculatura respiratoria, cardíaca y craneofacial. En algunos casos, los pacientes inician el cuadro clínico, refiriendo intolerancia al ejercicio o fatigabilidad. Otros síntomas musculares comunes son calambres, miotonía y mialgias. Existen casos donde las manifestaciones son indirectas, resultando en dificultad para respirar, infecciones de vías respiratorias recurrentes, disfagia, malformaciones esqueléticas, entre otros.
Si la debilidad predomina o comienza en la cintura pélvica y las extremidades inferiores, los pacientes suelen quejarse de caídas frecuentes, dificultad para subir escaleras, levantarse de una silla, correr, entre otras actividades. Por otro lado, una marcha muy común en las distrofias musculares es la de Trendelemburg o miopática. En caso de que la debilidad sea en la cintura escapular, se describirá dificultad para elevar los brazos sobre los hombros, peinarse, maquillarse, cargar objetos, etcétera.
En ocasiones, se ve afectado un solo grupo muscular, por ejemplo, la musculatura cervical, que se manifiesta con dificultad para mantener la cabeza erguida (síndrome de la cabeza caída o dropped head syndrome) o para flexionarla en decúbito. Otros ejemplos de esta situación son la debilidad progresiva de la musculatura erectora dorsal, donde hay una anteflexión del tronco, que puede llegar a ser permanente (camptocormia); mientras que la debilidad abdominal predispone a una hiperlordosis lumbar y puede producir un abdomen de aspecto prominente.
A su vez, las alteraciones cardíacas incluyen trastornos de la conducción, miocardiopatía e insuficiencia cardíaca. Cabe resaltar que la afección cardíaca es más frecuente en ciertas distrofias, como la miotónica (DM1), distrofinopatías y la de Emery-Dreifuss. En las distrofias musculares del adulto, el compromiso respiratorio es, generalmente, una manifestación tardía de la enfermedad y puede expresarse como disnea de esfuerzo, ortopnea y cefalea matutina; en algunas miopatías, constituye el síntoma de presentación, por ejemplo, la enfermedad de Pompe de comienzo tardío.
A continuación, mencionamos algunas características fundamentales de una de las distrofias musculares más frecuentes de la infancia, la distrofia muscular de Duchenne:
Está ligada al cromosoma X y afecta al gen que codifica la distrofina.
La ausencia de la distrofina provoca debilidad muscular progresiva, que comienza en los primeros años de vida, conduce a la pérdida de la marcha en la adolescencia y lleva a la muerte en la tercera década de vida, por complicaciones respiratorias, principalmente.
Se debe sospechar ante un varón menor de cinco años, con creatincinasa en rangos elevados.
La identificación de la mutación causal de la enfermedad es necesaria para proporcionar consejo genético y estudiar a las portadoras de la familia.
La fase de silla de ruedas supone el inicio de las complicaciones serias a nivel respiratorio, cardíaco y ortopédico; prácticamente, todos los pacientes desarrollan, en fases avanzadas, hipoventilación, miocardiopatía y escoliosis.
Los corticoides son la única medicación que enlentece la progresión de la debilidad.
Un aspecto fundamental es la supervivencia en estos pacientes, la cual ha aumentado en las últimas décadas gracias al manejo multidisciplinar cardiorrespiratorio y ortopédico que reciben.
Bibliografía
1.- Earle, N., Bevilacqua, J. A., (2018). Distrofias musculares en el paciente adulto. Elsevier. Rev. Med. Clin. Con. Vol. 29(6):599-610
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