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El mural de Tlaxcala: 'Historia de Tlaxcala y su Contribución a lo Mexicano'



 

Este mural es considerado como la obra más grande del artista Desiderio Hernández Xochitiotzin, pues fue un trabajo que duró más de 40 años. Se considera que el proyecto inició en 1953, porque fue cuando Joaquín Cisneros Molina, el entonces gobernador de Tlaxcala, propuso que se pintaran unos murales en el Palacio de Gobierno, que contaran la historia del estado.

 

Xochitiotzin, desde el principio, tuvo la clara intención de que su arte fuera un medio de comunicación, así que comenzó a estudiar y a buscar referentes históricos, como lo son las crónicas, los libros de historia y, probablemente, algunos códices. En 1957, se puso en marcha el plan que, hoy en día, es una realidad. Xochitiotzin pintó, en el Palacio de Gobierno de Tlaxcala, un mural que narra la versión tlaxcalteca de la historia. La primera etapa del proyecto duró diez años consecutivos, en los cuales, el pintor no abandonó la investigación, no dejó de diseñar ni de realizar bocetos, al igual que de preparar los muros. Tras este arduo trabajo, concluyó los primeros 285 metros cuadrados del mural.

 

De 1967 a 1968, sigue con su investigación, para realizar el mural La Conquista, el cual le toma ese año. En 1987, veinte años después, da inicio a El siglo de oro tlaxcalteca y, de ahí, en 1990, realiza la pintura Del siglo de las luces al porfirismo de Tlaxcala y México. En el 2000, realizó el boceto titulado Cristóbal Colón a tierras mexicanas, el cual iba a ser el último mural del conjunto de sus obras, pero, un año después, el maestro Desiderio se retiró, de manera definitiva, por cuestiones salud.

 


En su totalidad, la obra lleva como título Historia de Tlaxcala y su Contribución a lo Mexicano, y se encuentra en la parte interior de las antiguas Casas Reales. Los murales están pintados al fresco acuarelado, en un estilo florentino, y comprenden alrededor de 425 metros cuadrados.

 

Dicho mural está compuesto por 17 imágenes, las cuales cuentan, en 10 secciones, la historia del estado, desde la época prehispánica, virreinal y contemporánea de Tlaxcala, en una narración épica. La obra inicia con el retrato de la salida de las cuevas de Chicomóztoc y la travesía de la tribu de los tlaxcaltecas por diferentes tierras. Sigue con el establecimiento de los Cuatro Señoríos de la Antigua República de Tlaxcallan: Tepeticpac, Ocotelulco, Quiahuixtlán y Tizatlán. Después, están plasmadas las tropas tlaxcaltecas con Nezahualcóyotl, y algunas referencias a las batallas que tuvieron contra los aztecas.

 

En cuarto lugar, se hallan las fiestas de Camaxtli, la alianza con los texcocanos y las guerras floridas; luego, se encuentra el mural dedicado a Tlahuicole y las fiestas de Xochiquetzalli; le sigue el famoso mercado de Ocotelulco y, en séptimo lugar, se observan los símbolos de la conquista.

 

En la octava imagen, se desarrolla la época de la invasión española bajo la perspectiva tlaxcalteca, desde las alianzas, los símbolos e ideologías que se unían hasta la importante imagen de doña Marina, la Malintzin, para dar paso al siglo XVI, en el cual se colonizó gran parte de México. La obra concluye ilustrando los siglos XVIII y XIX, es decir, las reformas borbónicas, la Independencia, el Imperio y la Reforma.

 

Las 17 pinturas llevan por nombre:

 

1. Peregrinación al Valle de Anáhuac

2. Profecía de Camaxtli

3. Fundación de Tepeticpac

 4. Fundación de los Señoríos de Ocotelulco, Quiahuixtlán y Tizatlán

5. Fiestas rituales al Dios Camaxtli

6. Tropas tlaxcaltecas y huexotzincas con Nezahualcóyotl

7. Xochiyayotl o guerras floridas 

8. Batalla entre tlaxcaltecas y aztecas

9. Sacrificio de Tlahuicole

10. Fiestas a Xochiquetzalli

11. Tlaxcala, lugar del maíz

12. El maguey, árbol de las maravillas

13. El mercado de Ocotelulco

14. Los símbolos de la Conquista

15. La Conquista

16. El siglo de oro tlaxcalteco

17. Siglos XVIII y XIX

 



Si bien todas las obras son impresionantes, en esta ocasión, nos permitiremos hacer una pequeña reseña de sólo unas cuantas pinturas, esperando que esto despierte su interés de querer conocer el resto de ellas, ya que el apreciar todo el mural en su conjunto es una experiencia que no se debería dejar pasar si se tiene la oportunidad.

 

Peregrinación al Valle de Anáhuac introduce directamente al espectador a un mundo simbólico. Los colores ocres, donde se encuentra el grupo de personas viajando, guiado por dos líderes (un humano y una deidad), cambian, para mostrar que justo la dirección que se nos señala es más verde, es decir, más próspera.

 

En Fundación de Tepeticpac, es posible admirar el primer señorío de la antigua nación tlaxcalteca. Los peregrinos, al ver que un águila caudal señalaba el lugar, se instalaron en esas tierras, cumpliendo así la profecía. Tepeticpac, el primer señorío, nace en el año cinco pedernal (1380), tras 120 días de guerra contra los olmecas xicalancas.

 

En Fiestas rituales al Dios Camaxtli, se aprecia, del lado izquierdo, una figura masculina y, del lado derecho, una femenina; la tradicional dualidad. Estas fiestas se hacían para representar al hombre-dios. Éste debía ser un anciano, a quien, después de 80 días de ayuno, lo pintaban y lo caracterizaban como Camaxtli; esto, con el propósito de darle vida a su deidad. Al concluir, lo subían al teocalli.

 

La mujer es representada como Cuatlicue, y el hombre a su lado es un guerrero prisionero al que caracterizaban, también, como a Camaxtli. Se aprecia el ritual de iniciación para los jóvenes, quienes, tras arrojarle flechas con su primer dardo, subían a la montaña La Malintzin a cazar venados, coyotes, conejos y serpientes. Los sacerdotes del fuego, entonces, preparaban otro ritual: cocían la carne, para ser deglutida como acto sacramental, y quemaban los restos en la lumbre, con el fin de impedir algún sacrilegio con ellos.

 



El mural Las tropas tlaxcaltecas y huexotzincas con Nezahualcóyotl está dedicado, precisamente, a Nezahualcóyotl. Aquí, se narra cómo los tlaxcaltecas y huexotzincos le ayudaron a luchar contra Tezozomoc, rey de Azcapotzalco. Después de que mataron a su padre, el rey de Texcoco, en las guerras contra los tepanecas, Nezahualcóyotl se refugia con sus tíos de Tlaxcala. Cuando su ejército estuvo preparado, derrotaron a los tepanecas. Es posible identificar a Nezahualcóyotl porque es el guerrero que porta una uña de águila en su barbilla, lo que significa que él tenía el más alto rango militar.

 

Batalla entre tlaxcaltecas y aztecas es uno de los murales más importantes en cuanto al desarrollo de la historia de México. Narra cómo era la relación entre mexicas y tlaxcaltecas, y por qué, con la llegada de Cortés, Tlaxcala formó una alianza con los españoles. En este punto, se entiende que no hubo una traición, sino una búsqueda de liberación a tantos años de represión. El mural hace referencia directamente a la batalla en la que pierde la vida el hijo de Moctezuma. El gran tecutli cayó muerto por el ataque de las macanas tlaxcaltecas, al igual que muchos de sus soldados. En la pintura, se identifican a los tlaxcaltecas por sus colores blanco y rojo.

 

En Tlaxcala, lugar del maíz, en el primer rectángulo, se muestra a Quetzalcóatl entregando el maíz a la primera pareja humana. La leyenda cuenta que el dios, convertido en una hormiga, les robó el maíz a las otras deidades, para darlo a los hombres. A la mujer, le otorga el maíz amarillo porque es símbolo de la fertilidad; al hombre, le da el rojo como señal de sabiduría.

 

El resto del pasaje continúa con las etapas de la agricultura: la selección de las semillas, las etapas de siembra, la recolección y el uso. Este mural termina con un retrato: el hombre más joven es el artista Desiderio Hernández; el que le sigue en la edad es su padre, Alejandro de la Cruz Hernández; y el hombre más grande es su abuelo, Felipe de Jesús Hernández. Ellos tres representan a un filósofo, a un gran sacerdote y a un tlacuilo.

 

El maguey, árbol de las maravillas es una obra que narra una leyenda, la cual dice que, de unas magueyeras, salió un conejo, cuya conducta llamó la atención de unos hombres que pasaban por ahí; al parecer, el pequeño animal estaba embriagado. Se cree que este suceso permitió el descubrimiento del aguamiel, la base del pulque. El conejo se volvió símbolo de dicha bebida y es por eso que aparece en las vasijas y ollas donde es depositado el líquido sagrado.

 

El mercado de Ocotelulco es una pintura que está inspirada en la descripción que hace Cortés, en sus Cartas de Relación. En la parte céntrica de la zona inferior, están representados los cuatro señores de Tlaxcala: Xicohténcatl el Viejo, Maxixcatzin, Tlahuexolotzin y Xitlapopocatzin.

 

El maestro Desiderio pintó los frutos, semillas, animales (como los xoloitzcuintles), hierbas, petates, plumas, textiles polícromos, flores, adornos del mundo indígena, el huitlacoche, los gusanos de maguey (los cuales deben ser transportados vivos en la hoja de mixiote), la piña, el amaranto, acociles, chapulines, escamoles, etcétera, así como actividades que se desarrollaban en este punto de encuentro, como la asistencia dental y el corte de cabello.

 

No hay que olvidar que el sistema de compra era por el trueque; es por eso que, al verlos negociar, tienen objetos en las manos, siendo el cacao una de las monedas de cambio más valiosas.

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