Se realizó el 13 de mayo de 1771, en el antiguo ayuntamiento de la Ciudad de México, a casi un año de la creación de la entonces llamada Real Lotería General de la Nueva España, la cual trabajaba con un modelo lógico y racional mucho más sencillo que el europeo. El premio ofrecido fue una suma de dinero equivalente a 84 mil pesos actuales. Desde este momento, se contó con la participación de los “niños gritones”, quienes eran jóvenes huérfanos de 15 y 16 años de edad, aunque, después, la estafeta pasó a los hijos de generales que lucharon en la Revolución y de trabajadores de la institución.
La labor de beneficencia pública inició en 1781, cuando se realizó una generosa aportación al hospicio de los pobres. Posteriormente, a lo largo de los años, el dinero acumulado se destinó para el financiamiento de distintos proyectos nacionales, como el alcázar del Castillo de Chapultepec, el ferrocarril México-Toluca, el Hospital General y la remodelación de parte del Paseo de la Reforma, entre otros.
Durante el período que estuvo bajo la dirección de la Academia de Bellas Artes de San Carlos (1843-1860), los fondos se utilizaron para la adquisición de obras de arte, becas para los estudiantes y el sueldo de los profesores.
Como dato adicional, la tradición dicta que, si una persona compra una serie, que consta de 20 billetes o “cachitos”, y ésta resulta ganadora, el afortunado le otorga al vendedor un cachito como propina.