El 18 de marzo de 1965, el cosmonauta soviético Alexei Leonov y el comandante Pavel Beliáyev, a bordo de la nave Voskhod 2, emprendieron un viaje hacia el espacio. En 1961, la URSS ya se había colgado la medalla de haber sido la primera nación en enviar a un hombre al espacio, Yuri Gagarin; sin embargo, esta nueva misión sería diferente, ya que sería la primera en la que un astronauta saliera de la nave para realizar una caminata espacial, lo que se conoce como actividad extravehicular.
La nave despegó a las siete de la mañana, del cosmódromo de Baikonur, en lo que hoy es Kasajistán. Ya en el espacio, llegó el momento. Leonov ingresó a una cámara de aire anclada a la nave madre, abrió la puerta y salió al exterior, atado a la nave mediante una especie de cordón umbilical, de cinco metros, que conectaba con su traje, el cual le permitiría seguir vivo mientras estuviera en el espacio y lo mantendría en comunicación con Beliáyev, en la cápsula, y con el centro de operaciones en la Tierra. Salió rodando como un trompo, y permaneció así durante varios segundos, aunque pudo percatarse de que tenía a África bajo sus pies. Su caminata duró 12 minutos, y cuando se disponía a regresar a la nave, su traje se infló como un globo, impidiéndole la respiración.
Como pudo, ingresó a la nave, sano y salvo, pero consciente de que, en varias ocasiones, pudo morir. Finalmente, con algunos problemas con los motores, la nave ingresó a la Tierra, cayendo en Siberia.
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