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El árbol “que sangra”

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En lo alto de las montañas, en los desiertos brumosos y en las leyendas antiguas del archipiélago de Socotra (territorio de Yemen, en Asia), hay un árbol que enciende la imaginación de quienes lo observan. Se le conoce como el árbol dragón (Dracaena cinnabari), y es famoso por un fenómeno tan extraño como fascinante: cuando es cortado, no brota savia clara, sino un líquido espeso y rojo, como la sangre. Esta peculiaridad le ha valido el sobrenombre de “el árbol que sangra y ha hecho de él una figura central en la mitología, la medicina antigua y la conservación ambiental moderna.


Una rareza del mundo antiguo


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El árbol dragón es endémico de la isla de Socotra, un territorio yemení, en el océano Índico, considerada por muchos como la “Galápagos del Índico”, por su altísima biodiversidad y gran número de especies únicas. El aspecto de este árbol es tan extraño como su savia; tiene un tronco grueso y rugoso, y una copa en forma de paraguas invertido. Esto ayuda a canalizar el agua de la escasa lluvia hacia sus raíces y hacia el suelo, permitiendo que otras plantas sobrevivan, una adaptación crucial en un ecosistema árido y aislado.


Con una antigüedad de cientos de años, estos árboles alcanzan hasta 10 metros de altura. Pertenecen al género Dracaena, cuyo término proviene del griego drakaina, que significa “dragona”. Se le nombró así en alusión a su savia roja, asociada con la sangre de dragones míticos.


Dicho fluido, conocido como “sangre de dragón”, ha sido utilizado, desde tiempos antiguos, por civilizaciones como la griega, la romana, la china y las culturas árabes, que le atribuían propiedades místicas, curativas y protectoras, además de que apreciaban su tonalidad única y su dureza tras secarse.


En la Edad Media, se usaba en ungüentos, tinturas y rituales mágicos. Los alquimistas la valoraban por sus supuestos poderes energéticos. En la medicina tradicional, la “sangre de dragón” se empleaba como cicatrizante, antiséptico y para tratar enfermedades gastrointestinales. En la actualidad, aún se utiliza en la medicina herbolaria, la cosmética, como colorante natural y en la elaboración de barnices y lacas, especialmente para instrumentos musicales y muebles.


Simbología y presencia cultural

El árbol dragón no es sólo un fenómeno natural, sino también un símbolo cultural y espiritual. En varias culturas, la sangre de los dragones se ha asociado con la protección, la fuerza y la magia. Por ello, la savia del árbol se incorpora en productos esotéricos, amuletos y velas rituales, hoy en día.


Su imagen aparece frecuentemente en libros de fantasía, videojuegos y películas, donde se le representa como el guardián de conocimientos antiguos o como un árbol mágico con propiedades curativas legendarias.


Una especie bajo amenaza

A pesar de su rica historia y sus propiedades únicas, el árbol dragón está en peligro. El cambio climático, la sobreexplotación de su resina, la presión ganadera y la deforestación han reducido su número y han dificultado su regeneración natural. Y es que el crecimiento del árbol dragón es lento, y sus semillas requieren condiciones muy específicas para germinar. Los expertos advierten que, si no se toman medidas urgentes, las nuevas generaciones podrían crecer sin conocer este símbolo viviente de resistencia, cultura y misterio.


Por lo anterior, organizaciones ambientales y científicos están trabajando para proteger esta especie, mediante proyectos de reforestación, estudios genéticos y educación ambiental, tanto en Socotra como a nivel internacional. Y es que el árbol dragón es mucho más que una rareza botánica; es un testimonio viviente del ingenio de la naturaleza, una reliquia de tiempos antiguos y un recordatorio urgente de lo que podemos perder si no cuidamos los ecosistemas únicos del planeta.



¿Sabía que...?
El árbol dragón puede vivir más de 500 años. Además, mientras su savia está fresca, su color es rojo brillante, pero se vuelve más oscura con el paso del tiempo. El segundo término de su nombre científico, cinnabari, hace referencia al aroma a canela que desprende su resina seca.

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