El arquitecto y escultor español, figura importante de la cultura y el arte monumental en nuestro país durante la época colonial, murió el 24 de diciembre de 1816, en lo que, hoy, es la Ciudad de México, donde se encuentra la evidencia del trabajo que realizó en la Nueva España, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Luego de ser nombrado director de escultura de la Academia de San Carlos, Tolsá arribó a México, en 1791, para cumplir con sus funciones en dicha institución, donde, como docente, introdujo clases de decoración en estuco, piedra y madera. Además, creó la escuela neoclásica, corriente artística que predominaría en la Colonia y bajo la cual realizó dignas obras arquitectónicas representantes, que, aún, es posible admirar en la capital mexicana: el Palacio de Minería, la estatua ecuestre de Carlos IV o “El Caballito”, el Museo Nacional de San Carlos, el Palacio del Marqués del Apartado, la capilla principal de la Iglesia de Santo Domingo y los ornamentos finales de la Catedral Metropolitana, como la cúpula, los balaustres y las esculturas. Asimismo, participó en proyectos de artillería, transporte y artes aplicadas en el país.