
Cuando se habla de la física y de aquellos personajes que dejaron un legado en dicho conocimiento, nos encontramos a un célebre y reconocido físico mexicano, Manuel Sandoval Vallarta, nacido el 11 de febrero de 1899, en la Ciudad de México. Es considerado como el primer físico de México, uno de los científicos más destacados del siglo XX, que adquirió un gran reconocimiento a nivel mundial por sus contribuciones fundamentales a la física teórica y su participación en el desarrollo de la física cuántica.
De acuerdo con varias biografías sobre su vida, como la semblanza del Colegio Nacional, del cual fue miembro y fundador, Sandoval fue una figura crucial en la física moderna; “sus investigaciones se centraron en la física atómica, el electromagnetismo y la radiación cósmica, y, junto con Georges Lemaître, sentó las bases y la estructura de los efectos geomagnéticos de los rayos cósmicos”, traspasando así las fronteras del conocimiento, con su enfoque audaz y una sólida vocación académica. Fue así que su nombre recorrió el mundo.
Emergió como doctor en ciencias, especializado en física teórica, en 1924, por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde desarrolló un interés profundo por la física teórica, especialmente, en áreas como la relatividad y la mecánica cuántica, forjando una colaboración futura con sus maestros Max Planck y Albert Einstein. En 1927, se unió al equipo de investigación del físico Arthur Holly Compton, quien ganaría el Premio Nobel de Física, en ese mismo año, por su trabajo en el efecto Compton. Durante esta colaboración, Sandoval Vallarta realizó contribuciones significativas al estudio de los rayos cósmicos, un campo emergente en ese momento. Junto con Compton, propuso una teoría que explicaba la variación de la intensidad de los rayos cósmicos con la latitud, lo que demostraba que estas partículas cargadas eran afectadas por el campo magnético terrestre. Este descubrimiento fue fundamental para comprender la naturaleza de los rayos cósmicos y su interacción con la Tierra.
En la Revista Ciencias, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, en 1999, Alfonso Mondragón, investigador del Instituto de Física de la UNAM, menciona, en el artículo Manuel Sandoval Vallarta y la física en México: Un personaje excepcional que fijó las normas de calidad académica que rigen en la física que se hace en México, que Manuel Sandoval Vallarta, mientras impartía cátedra en el MIT, “propuso, en Chicago, la idea de un experimento decisivo para determinar la naturaleza de la radiación cósmica”, que, después de unas pruebas realizadas en la Ciudad de México, por Luis W. Álvarez, se descubrió que la radiación cósmica primaria está constituida inicialmente por protones y núcleos atómicos, por lo tanto, Sandoval Vallarta y Georges Lemaître, junto a su equipo de especialistas, formularon y desarrollaron la teoría de los efectos geomagnéticos en los rayos cósmicos, adquiriendo un gran reconocimiento. Por ello, fue nominado al premio Nobel de Física, en el año 1935. Su teoría, llamada Lamaître-Vallarta, demostró que las partículas de radiación cósmica sufren una desviación al cruzar el campo magnético de la Tierra; ambos crearon una teoría cuantitativa y determinaron el signo de la carga eléctrica de la radiación cósmica.
Al regresar a México, en la década de 1940, se dedicó a fortalecer la educación y la investigación científica, jugando un papel crucial en la formación de nuevas generaciones de físicos mexicanos. Su liderazgo ayudó a establecer al país como un centro de investigación científica en América Latina. Su obra escrita, plasmada en cerca de sesenta artículos, navegó las aguas de la mecánica cuántica, la relatividad y la interacción de los rayos cósmicos con el campo magnético de la Tierra, dejando un testamento que aún ilumina los caminos del conocimiento. También, fue fundador de sociedades científicas y miembro de innumerables instituciones.
A lo largo de su vida, recibió varios premios y distinciones, como el Premio Nacional de Ciencias Exactas, en 1961, uno de los máximos galardones en el campo de la ciencia en México, representando un modelo de excelencia en la ciencia mexicana, cuyo legado sigue siendo una fuente de inspiración para generaciones de físicos en México y a nivel internacional.
Su nominación al Premio Nobel es un testimonio de la relevancia internacional de sus contribuciones. Se menciona que uno de sus alumnos más destacados fue Richard Feynman, un físico teórico estadounidense, quien recibió el Premio Nobel de Física, en 1965, por su trabajo en electrodinámica cuántica.
Manuel Sandoval Vallarta falleció el 18 de abril de 1977. Fue sepultado en la “Rotonda de las Personas Ilustres”, de manera honorable. Puede conocerse más sobre su biografía a través del ensayo digital Destellos del cosmos. Ensayo biográfico sobre Manuel Sandoval Vallarta, escrito por Fernando del Río Haza, un físico egresado de la UNAM, profesor emérito y distinguido por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), y Premio Nacional de Ciencias (2015), en donde nos brinda un panorama más amplio respecto a su vida, obra y legado.
Cabe mencionar que, en 1977, María Luisa Margáin, viuda de Sandoval Vallarta, donó la biblioteca personal que dejó su esposo, con más de 2 mil libros de física, matemáticas y química, entre otras publicaciones y archivos relevantes, para la investigación científica. Esto, actualmente, puede ser consultado en la colección especial Archivo Histórico Científico Manuel Sandoval Vallarta, en la UAM Iztapalapa, en la Ciudad de México.
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