La vida de una estrella que pasó de niña buena a rebelde, a una gran luchadora, y que, hoy, brilla en el cielo
La mañana del pasado 8 de agosto, las redes sociales se inundaron con la noticia de último momento de que la actriz y cantante Olivia Newton-John, mayormente conocida por su inolvidable interpretación de Sandy, en Vaselina, había fallecido, después de una lucha de 30 años contra el cáncer de mama.
Las reacciones de tristeza por parte de fanáticos jóvenes y adultos no se hicieron esperar, pues aquella película musical que la hizo famosa ha influido en todas las generaciones, además de que, aunque pocas, la cantante nos regaló canciones icónicas. Su muerte llevó al mundo a recordar su intensa vida, plagada de éxito y de drama, y es que, entre otros episodios, tuvo que enfrentarse al abandono repentino de una de sus parejas.
La artista de la familia
Olivia nació en Cambridge, Inglaterra, el 26 de septiembre de 1948, en medio de una familia de científicos, pues su abuelo materno fue el físico y matemático alemán Max Born –ganador del premio Nobel de Física, en 1954, por su Interpretación Estadística de la Teoría Cuántica, y amigo de Albert Einstein– y su padre fue un académico. De hecho, fue por él que, a la edad de cinco años, Olivia se mudó con su familia a Australia, pues su progenitor consiguió una plaza como profesor en la Universidad de Melbourne, donde ella estudiaría más tarde.
Pese a la influencia científica, Olivia decidió encaminar su talento hacia el entretenimiento, por lo que, en su adolescencia, formó el grupo musical Sol Four. Posteriormente, a mediados de los 60, se alió con su amiga Pat Carroll, en un dueto, llamado Pat & Olivia, con el que ganaron un concurso de canto en Melbourne. Esto les dio la oportunidad de viajar a Inglaterra, donde se presentaban en programas de televisión y en clubs de baile. Sin embargo, tiempo después, la visa de Carroll expiró y tuvo que regresar a Australia, lo que permitió que Olivia iniciara su carrera como solista.
Así, en 1971, lanzó su álbum de debut, If not for you, que contenía el sencillo del mismo nombre, uno de los primeros temas con los que triunfó, escrito por Bob Dylan. Al año siguiente, llegó su segundo disco, Olivia; y en 1973, el tercero, Let me be there, con toques de country, que fue el que la consagró y gracias al cual obtuvo su primer premio Grammy.
A lo largo de su carrera, Olivia obtuvo 13 nominaciones en los Premios Grammy, de los cuales, ganó cuatro: mejor voz femenina country, por Let me be there; tema del año y mejor voz femenina, por I honestly love you; y video del año, por Physical.
En 1974, representó a Inglaterra en el Festival de Eurovisión, celebrado, en aquella ocasión, en Brighton. Ahí, Olivia sorprendió al público con la canción Long live love –de su álbum homónimo–, pero fue superada por el grupo sueco ABBA, con Waterloo, quien se llevó el primer lugar; aunque ella se quedó en la cuarta posición, su actuación le ayudó a ganar popularidad fuera de su país como cantante de pop y country. Ese mismo año, sacó un álbum exclusivo para Estados Unidos y Canadá, que era una recopilación de los mejores temas de sus cuatro discos anteriores, el cual fue su primer material en encabezar la lista Billboard 200 de álbumes pop.
El año de 1975 fue un punto de inflexión en su carrera artística. Primero, porque llegó su quinto álbum, Have you never been mellow, que se posicionó en la cima de los discos de ese año, destacándose por sus baladas country. Luego, porque lanzó su sexto LP, Clearly love, que consiguió la certificación de oro en los Estados Unidos; y después, porque se fue a vivir a dicho país, donde creció como cantante y donde encontró una oportunidad para convertirse en actriz.
Del micrófono a la pantalla
La filmografía de Olivia Newton-John incluye 15 películas. Las dos primeras, de bajo perfil: Funny things happen down under y Toomorrow, de 1965 y 1970, respectivamente; sin embargo, con la que, podría decirse, se estrenó, se dio a conocer en esta faceta y triunfó fue Vaselina (1978), donde encarnó a la protagonista, Sandy Olsson, una joven buena e inocente, que se enamora de un chico rebelde, Danny Zuko, interpretado por John Travolta. Su actuación le valió para ser nominada al Globo de Oro, y gracias a este memorable proyecto, ambos actores afianzaron una hermosa amistad, que se mantuvo en las buenas, en las malas y hasta el último día de Olivia.
Travolta fue de las primeras personalidades que reaccionó a la noticia de la muerte de Newton-John, dedicándole, a través de su cuenta de Instagram, un pequeño pero muy bello mensaje de amistad incondicional:
Mi querida Olivia, hiciste nuestras vidas mucho mejores. Tu impacto fue increíble. Te quiero mucho. Te veremos en el camino y estaremos juntos otra vez. ¡Tuyo desde el primer momento en el que te vi y para siempre! ¡Tu Danny, tu John!
A Vaselina, le siguió Xanadu (1980), cinta que, más que por su argumento, sobresalió por su banda sonora, a cargo de la misma Olivia y otros artistas, como Electric Light Orchestra, Cliff Richard, por mencionar algunos. Tres años después, volvió a compartir créditos protagónicos con Travolta, en Tal para cual (1983), que tuvo el mismo efecto que la anterior, la trama fue superada por el soundtrack, en el que, también, ella fue partícipe.
Entre ambos filmes, lanzó su décimo primer disco, Physical, con el que se colocó a la cabeza en las listas de ventas, cuyo tema más exitoso lleva el mismo título. Y es que es imposible pronunciarlo sin entonar la melodía de la canción y sin evocar las imágenes del videoclip, donde se ve a una Olivia ejercitándose en un gimnasio, con un body blanco y mallas rosas.
Dos matrimonios y un abandono
Luego de sus mayores éxitos, en 1984, se casó con el actor y bailarín estadounidense Matt Lattanzi, con quien tuvo a su única hija, Chloe Rose Lattanzi, en 1986. Se divorciaron en 1995 y, al año siguiente, Olivia se juntó con Patrick McDermott, un camarógrafo, de origen coreano. Su relación parecía estable, pero terminó en 2005, de una manera inaudita. La pareja se encontraba de paseo, a bordo de un barco, por la costa de California, cuando, repentinamente y bajo extrañas circunstancias, McDermott desapareció, dejando devastada a Olivia y en una profunda desesperación por saber qué le había sucedido. Lo buscaron por tres años, no obstante, ante el éxito no obtenido, lo dieron por muerto.
Pero esa resolución, para algunos, no era tan confiable. Se llegó a especular que el mismo McDermott había fingido su muerte, para huir de las múltiples deudas que lo acechaban y de los problemas legales que tenía por no pagar la manutención de su hijo. Así que, en 2009, la cadena de televisión estadounidense NBC contrató a un detective privado para corroborar si realmente estaba muerto. La investigación rindió frutos y, en 2016, se descubrió que estaba vivo y que había estado ocultándose en Sayulita, Nayarit, en México; incluso, ya tenía una nueva pareja, una mujer alemana.
Para ese entonces, Olivia ya había hecho su vida con John Easterling, fundador de Amazon Herb Company, con quien se había casado en secreto en 2008, el amor de su vida y quien estuvo a su lado hasta el momento en el que la cantante dio su último suspiro.
Activismo y lucha contra el cáncer
Olivia Newton-John siempre se mostró empática con los problemas del mundo. Dentro de esta faceta altruista, destacamos que, en 1978, canceló una gira por Japón, como protesta contra la matanza de delfines que quedaron atrapados en las redes de pesca de atún. En 1979, participó en un concierto benéfico de la UNICEF, en el que compartió escenario con ABBA, Donna Summer, Bee Gees, entre otros artistas.
En 1990, recibió un premio por su labor a favor del medio ambiente, en las Naciones Unidas; y en 1991, fue la portavoz del Fondo Ambiental Colette Chuda/CHEC, una fundación que se creó a raíz de la muerte de Colette Chuda, una niña de cuatro años, a causa de cáncer. Pero su interés sobre esta enfermedad creció más cuando fue diagnosticada con cáncer de mama, en 1992, contra el que luchó durante 30 años.
Logró superarlo aquella primera vez, pero tuvo una recaída en 2013, año en el que su hermana mayor, Rona, murió de cáncer en el cerebro. Se sobrepuso nuevamente, sin embargo, la enfermedad volvió a aparecer en 2017, mucho más agresiva. El diagnóstico incluyó, además, metástasis en los huesos, lo que dificultaría su recuperación, pero no se dio por vencida y continuó con sus tratamientos médicos y terapias naturales. Ante esto, dos años después, Newton-John aseguró: “Es mejor no tener idea del tiempo que me queda; quiero no pensar y vivir al máximo”. Y así fue, pues, más contenta que nunca, en 2018, asistió a una proyección especial de Vaselina, con motivo del 40 aniversario de su estreno, donde se reencontró con Travolta.
Con motivo de apoyar la lucha contra este mal, en 2008, la actriz y cantante fundó el Olivia Newton-John Cancer Wellnes & Research Centre, en Melbourne, con fines de investigación.
Lamentablemente, Olivia no pudo superar la enfermedad una tercera vez, y murió en su residencia de California, a los 73 años de edad, “tranquila y rodeada de toda su familia”, según declaró su esposo.
Otros reconocimientos
Fue condecorada con la medalla de la Orden del Imperio Británico, en una ceremonia presidida por la reina Isabel II, en 1979; y el 5 de agosto de 1981, se le otorgó la medalla de la Orden de Australia, debido a su trayectoria en la industria del entretenimiento. Por otra parte, recibió su estrella en el Paseo de la fama de Hollywood, en 1981.
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