Esta raza es fácilmente reconocible por su gran tamaño, estructura musculosa y robusta, por el característico color de su manto y porque corresponde a un perro famoso del cine, cuyo nombre es el mismo que el de un representante de la música clásica: Beethoven. Es una de las razas más reconocidas y queridas por los amantes de los caninos.
Su origen se encuentra en los Alpes suizos, en el siglo XVII, cuando unos monjes del Hospicio de San Bernardo comenzaron a criarlos para que ayudaran en la búsqueda y el rescate de viajeros que, en ocasiones, se perdían en la nieve.
Estas son algunas de sus características físicas más destacadas:
· Tamaño y peso: Sin duda, son unos de los rasgos más notables del San Bernardo. Los machos adultos pueden alcanzar una altura a la cruz de entre 70 y 90 centímetros, mientras que las hembras suelen medir entre 65 y 80 centímetros. En cuanto al peso, los machos pueden oscilar entre los 60 y 120 kilos; y las hembras, entre los 50 y 90 kilos. Este tamaño, además de conferirles una apariencia majestuosa, es una herencia de sus raíces como perros de rescate en las montañas, donde su fuerza y resistencia eran vitales para realizar tareas como remover nieve o transportar cargas ligeras.
· Pelaje: Existen dos tipos de manto en los San Bernardo, el corto y el largo. Ambas variantes tienen una capa externa densa y una capa interna lanosa, que les proporcionan protección contra el frío extremo. Los colores más comunes en esta raza son la combinación de blanco con ‘rojo’ o marrón, o atigrado. Muchos San Bernardo presentan una característica ‘máscara’ oscura alrededor de los ojos, lo que acentúa su mirada.
· Madurez: Los San Bernardo son perros que alcanzan su tamaño completo más lentamente que otras razas. No suelen llegar a su altura y peso final hasta, aproximadamente, los dos o tres años de edad. Esto significa que, aunque parezcan adultos en su primer año, su cuerpo y temperamento aún están en desarrollo.
Temperamento y comportamiento
El San Bernardo es una raza conocida por su carácter equilibrado, su naturaleza tranquila y su gran capacidad para relacionarse con las personas. A pesar de su tamaño, son perros que suelen ser dóciles, cariñosos y muy protectores con su familia; su paciencia y tolerancia los hacen ideales para convivir con niños, con quienes tienden a ser muy protectores. Además, su comportamiento enérgico pero calmado los convierte en excelentes compañeros de juegos.
Los San Bernardo son increíblemente leales a su familia, desarrollando un fuerte vínculo con los miembros del hogar. Aunque su instinto de guardia no es el de un perro agresivo, son protectores por naturaleza, manteniéndose vigilantes en situaciones desconocidas. Como con todas las razas, es importante socializarlos desde una edad temprana.
Cuidados
A pesar de ser una raza resistente, el San Bernardo requiere de cuidados específicos, en especial, por su tamaño y su predisposición genética a ciertos problemas de salud.
Ejercicio: Aunque no son perros muy activos, necesitan actividad física regular, para mantenerse en forma y evitar la obesidad, que puede provocar problemas articulares. También, requieren paseos diarios moderados, sin sobreexigirles, ya que su tamaño puede hacerlos propensos a problemas de movilidad si se les fuerza a realizar ejercicios intensos. En climas cálidos, es recomendable limitar la actividad física durante las horas más calurosas, ya que su pelaje denso y su constitución los hacen más susceptibles al golpe de calor.
Alimentación: Debido a su tamaño, los San Bernardo requieren una dieta balanceada que cubra sus necesidades energéticas. Es crucial controlar su peso, ya que el sobrepeso puede llevar a problemas de salud, como la displasia de cadera o problemas cardíacos. Por lo tanto, es recomendable proporcionarles comida de alta calidad y en porciones adecuadas.
Cuidado del pelaje: El manto del San Bernardo, tanto en su versión corta como larga, necesita ser cepillado regularmente, para prevenir enredos y mantenerlo saludable. Durante las épocas de muda, es recomendable cepillarlos con más frecuencia, para controlar la caída de pelo.
Salud: Como ocurre con muchas razas de gran tamaño, los San Bernardo son propensos a la displasia de cadera y los problemas cardíacos. Es fundamental realizar chequeos veterinarios regulares para monitorear su salud. Además, es importante cuidar sus articulaciones, proporcionándoles una cama cómoda y evitando que suban y bajen escaleras de manera frecuente.
Adaptabilidad a climas: El San Bernardo es una raza perfectamente apta para climas fríos, pudiendo soportar temperaturas bajo cero, gracias a su denso pelaje y su genética de origen en las montañas alpinas. Su naturaleza tranquila y su resistencia al frío lo convierten en un compañero ideal para entornos donde el invierno es prolongado. Sin embargo, en climas cálidos, es importante tomar precauciones adicionales, para evitar el sobrecalentamiento.
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