Prisión Federal de Alcatraz
- paginasatenea
- 4 abr 2023
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Las cĆ”rceles antiguas y abandonadas son uno de los lugares que mĆ”s miedo causan debido a la atmósfera sombrĆa y macabra que les rodea, sobre todo las de mĆ”xima seguridad. Y es que fueron habitadas por los criminales mĆ”s peligrosos, con mentes retorcidas y, quizĆ”, sin ningĆŗn arrepentimiento por sus actos, quienes, aĆŗn tras las rejas, continuaban cometiendo actos infames, sin dejar de mencionar el severo trato del que eran objeto por parte de los guardias.
Toda esa vibra se queda contenida entre los muros y rincones de las penitenciarĆas, que asusta, pero, a la vez, atrae a la curiosidad colectiva por conocer las oscuras historias que se vivieron ahĆ dentro. La Prisión Federal de Alcatraz, tambiĆ©n conocida como āLa Rocaā, es un buen ejemplo de ello.
Como su nombre lo indica, se construyó en la isla de Alcatraz, frente a la bahĆa de San Francisco, en California. Dicha ubicación representaba una funcional estrategia para mantener alejados a los convictos e imposibilitarles las intenciones de huir, ya que lo mas probable era que quienes lo intentaran no lograran sobrevivir, ya fuera por las aguas heladas por las que tendrĆan que nadar o por los tiburones que acechaban la zona. AdemĆ”s, para llegar a ese punto, primero, habrĆa que burlar a los despiadados policĆas, lo cual, por supuesto, no era sencillo; las estrictas reglas y la dura disciplina con las que se conducĆa, le valieron para ser calificada como āla cĆ”rcel de cĆ”rcelesā. De ahĆ, sólo se podĆa salir por tres vĆas: cumplir la condena, muerte o enfermedad.
Los presos de Alcatraz tenĆan prohibido hablar entre sĆ, de tal manera que Ćŗnicamente podĆan coincidir cuatro de ellos en el comedor o en los pasillos. TambiĆ©n, debĆan ducharse con agua muy caliente, para evitar que su cuerpo se acostumbrara a las bajas temperaturas y, asĆ, no poder soportar las frĆas aguas del mar si intentaban huir.
Se realizaban 13 recuentos diarios y aquel que se atreviera a cometer alguna falta era enviado a āel agujeroā, un cuarto totalmente oscuro en el que debĆa permanecer desnudo y por tiempo indefinido.

La construcción del complejo empezó en 1850 y fue inicialmente utilizado como fortaleza de defensa y, después, como cÔrcel militar. Posteriormente, en 1934, se convirtió en prisión federal, administrada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
āLa Rocaā contaba con 336 celdas individuales, sin embargo, nunca alcanzó su capacidad lĆmite. Unicamente se ocuparon 302 celdas y la población promedio se mantenĆa entre los 260 y 275 prisioneros.
Por sus pasillos, desfilaron distinguidos personajes del crimen, como el mafioso Al Capone, quien, aun encarcelado, continuó manejando sus negocios; Robert Stroud, conocido como āel hombre pĆ”jaroā por su afición a las aves y crianza de Ć©stas mientras estuvo recluido; Joseph Bowers, famoso por ser el primero en intentar fugarse de Alcatraz, sin Ć©xito; Alvin Karpowicz, el gĆ”ngster enemigo pĆŗblico nĆŗmero uno, segĆŗn la FBI; entre otros.
Durante sus casi tres dĆ©cadas como cĆ”rcel federal, hubo 14 tentativas de fuga, con 36 reos implicados en total; todas, frustradas severamente, excepto una. En junio de 1962, tres reclusos (Frank Morris y los hermanos John y Clarence Anglin) lograron escapar de Alcatraz, sin dejar rastro alguno. Durante meses, cavaron un tĆŗnel, con ayuda de una cuchara, y el dĆa del escape, dejaron muƱecos sobre sus camas, con cabello natural que habĆan recogido de la peluquerĆa de la prisión, para hacerles creer a los guardias que estaban durmiendo. La policĆa nunca dio con su paradero, por lo que se declaró que murieron ahogados. Aunque la posibilidad de que hubieran sobrevivido era fuerte, sobretodo porque, luego de la fuga, a la madre de los hermanos Anglin le llegaban flores puntualmente en su cumpleaƱos y, cuando falleció, se dice que dos mujeres misteriosas, altas y fornidas, se aparecieron en el velorio, lo que invita a pensar que eran sus dos hijos prófugos disfrazados.
Un aƱo despuĆ©s de la gran huida, que fue todo un escĆ”ndalo dentro de la opinión pĆŗblica, y despuĆ©s de 29 aƱos de servir como reclusorio para los criminales mĆ”s peligrosos y conflictivos de la Ć©poca en Estados Unidos, en los que hubo asesinatos, tortura y violentos motines, āLa Rocaā cerró definitivamente sus puertas, el 21 de marzo de 1963. La decisión tuvo varios factores: el gran escape nunca resuelto, los gastos de manutención, que resultaban bastante elevados (un preso de Alcatraz costaba tres veces mĆ”s que uno de una cĆ”rcel promedio, ademĆ”s de que el precio para reparar los daƱos estructurales de la construcción rondaba entre los tres y cinco millones de dólares) y el sistema de trato inhumano hacia los reos, que contrastaba con un nuevo pensamiento de aislamiento que apuntaba hacia la rehabilitación y no al castigo.
Otros argumentos fueron la problemĆ”tica en tiempo y dinero para transportar todos los suministros por barco, cada semana, y la contaminación de la bahĆa por el sistema de alcantarillado. Tras esta resolución, los Ćŗltimos 27 residentes de Alcatraz fueron reasignados a otras prisiones.
La historia y atmósfera sombrĆa del recinto lo han llevado a convertirse en uno de los mayores atractivos turĆsticos de San Francisco. Actualmente, recibe alrededor de 1.3 millones de visitas al aƱo y ha servido de escenario para diversas pelĆculas de Hollywood, como La fuga de Alcatraz, La Roca, El hombre de Alcatraz, Al filo de la muerte, por mencionar algunas.