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Prisión Federal de Alcatraz



Las cárceles antiguas y abandonadas son uno de los lugares que más miedo causan debido a la atmósfera sombría y macabra que les rodea, sobre todo las de máxima seguridad. Y es que fueron habitadas por los criminales más peligrosos, con mentes retorcidas y, quizá, sin ningún arrepentimiento por sus actos, quienes, aún tras las rejas, continuaban cometiendo actos infames, sin dejar de mencionar el severo trato del que eran objeto por parte de los guardias.


Toda esa vibra se queda contenida entre los muros y rincones de las penitenciarías, que asusta, pero, a la vez, atrae a la curiosidad colectiva por conocer las oscuras historias que se vivieron ahí dentro. La Prisión Federal de Alcatraz, también conocida como ‘La Roca’, es un buen ejemplo de ello.


Como su nombre lo indica, se construyó en la isla de Alcatraz, frente a la bahía de San Francisco, en California. Dicha ubicación representaba una funcional estrategia para mantener alejados a los convictos e imposibilitarles las intenciones de huir, ya que lo mas probable era que quienes lo intentaran no lograran sobrevivir, ya fuera por las aguas heladas por las que tendrían que nadar o por los tiburones que acechaban la zona. Además, para llegar a ese punto, primero, habría que burlar a los despiadados policías, lo cual, por supuesto, no era sencillo; las estrictas reglas y la dura disciplina con las que se conducía, le valieron para ser calificada como “la cárcel de cárceles”. De ahí, sólo se podía salir por tres vías: cumplir la condena, muerte o enfermedad.


Los presos de Alcatraz tenían prohibido hablar entre sí, de tal manera que únicamente podían coincidir cuatro de ellos en el comedor o en los pasillos. También, debían ducharse con agua muy caliente, para evitar que su cuerpo se acostumbrara a las bajas temperaturas y, así, no poder soportar las frías aguas del mar si intentaban huir.


Se realizaban 13 recuentos diarios y aquel que se atreviera a cometer alguna falta era enviado a “el agujero”, un cuarto totalmente oscuro en el que debía permanecer desnudo y por tiempo indefinido.


La construcción del complejo empezó en 1850 y fue inicialmente utilizado como fortaleza de defensa y, después, como cárcel militar. Posteriormente, en 1934, se convirtió en prisión federal, administrada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.


‘La Roca’ contaba con 336 celdas individuales, sin embargo, nunca alcanzó su capacidad límite. Unicamente se ocuparon 302 celdas y la población promedio se mantenía entre los 260 y 275 prisioneros.


Por sus pasillos, desfilaron distinguidos personajes del crimen, como el mafioso Al Capone, quien, aun encarcelado, continuó manejando sus negocios; Robert Stroud, conocido como “el hombre pájaro” por su afición a las aves y crianza de éstas mientras estuvo recluido; Joseph Bowers, famoso por ser el primero en intentar fugarse de Alcatraz, sin éxito; Alvin Karpowicz, el gángster enemigo público número uno, según la FBI; entre otros.


Durante sus casi tres décadas como cárcel federal, hubo 14 tentativas de fuga, con 36 reos implicados en total; todas, frustradas severamente, excepto una. En junio de 1962, tres reclusos (Frank Morris y los hermanos John y Clarence Anglin) lograron escapar de Alcatraz, sin dejar rastro alguno. Durante meses, cavaron un túnel, con ayuda de una cuchara, y el día del escape, dejaron muñecos sobre sus camas, con cabello natural que habían recogido de la peluquería de la prisión, para hacerles creer a los guardias que estaban durmiendo. La policía nunca dio con su paradero, por lo que se declaró que murieron ahogados. Aunque la posibilidad de que hubieran sobrevivido era fuerte, sobretodo porque, luego de la fuga, a la madre de los hermanos Anglin le llegaban flores puntualmente en su cumpleaños y, cuando falleció, se dice que dos mujeres misteriosas, altas y fornidas, se aparecieron en el velorio, lo que invita a pensar que eran sus dos hijos prófugos disfrazados.


Un año después de la gran huida, que fue todo un escándalo dentro de la opinión pública, y después de 29 años de servir como reclusorio para los criminales más peligrosos y conflictivos de la época en Estados Unidos, en los que hubo asesinatos, tortura y violentos motines, ‘La Roca’ cerró definitivamente sus puertas, el 21 de marzo de 1963. La decisión tuvo varios factores: el gran escape nunca resuelto, los gastos de manutención, que resultaban bastante elevados (un preso de Alcatraz costaba tres veces más que uno de una cárcel promedio, además de que el precio para reparar los daños estructurales de la construcción rondaba entre los tres y cinco millones de dólares) y el sistema de trato inhumano hacia los reos, que contrastaba con un nuevo pensamiento de aislamiento que apuntaba hacia la rehabilitación y no al castigo.

Otros argumentos fueron la problemática en tiempo y dinero para transportar todos los suministros por barco, cada semana, y la contaminación de la bahía por el sistema de alcantarillado. Tras esta resolución, los últimos 27 residentes de Alcatraz fueron reasignados a otras prisiones.


La historia y atmósfera sombría del recinto lo han llevado a convertirse en uno de los mayores atractivos turísticos de San Francisco. Actualmente, recibe alrededor de 1.3 millones de visitas al año y ha servido de escenario para diversas películas de Hollywood, como La fuga de Alcatraz, La Roca, El hombre de Alcatraz, Al filo de la muerte, por mencionar algunas.


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