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Beneficios de armar rompecabezas




Una de las actividades más comunes que realizamos desde pequeños es la de armar un rompecabezas; y aunque, muchas veces, puede ser considerada como una afición, también, es una forma de pasar el tiempo o, incluso, una terapia de relajación. Y es que, además de ser divertida, brinda diferentes beneficios para la salud. Si recordamos aquellos tiempos cuando éramos niños y, en la escuela, nos ponían a armar rompecabezas, podemos darnos cuenta de que esto no era sólo para mantenernos entretenidos, sino, también, para impulsar el desarrollo de nuestras habilidades de memoria y la solución de problemas.


Armar rompecabezas es considerado como un ejercicio mental completo, ya que estimula ambos hemisferios cerebrales. El derecho está encargado de las actividades creativas, emocionales y del pensamiento intuitivo; mientras que el izquierdo involucra procesos lógicos, objetivos y metódicos. Al armar un rompecabezas, ambos hemisferios deben estar en comunicación, trabajar juntos e incrementar la función cognitiva, para lograr un resultado óptimo. De tal forma que dicho pasatiempo le sirve tanto a niños como a adultos, especialmente a personas de la tercera edad, pues funciona como una manera preventiva del deterioro cognitivo.


Asimismo, los rompecabezas ayudan a tener un mejor razonamiento visual-espacial; esto se logra mediante la observación de las diferentes piezas y el intento de ubicarlas dentro de una imagen más grande. Al tratar de acomodar las piezas, prestamos mayor atención al detalle, sobre todo, en aquellas que son muy parecidas o, incluso, del mismo color, por lo que entrenamos a nuestros ojos para encontrar esas pequeñas diferencias en formas o figuras, que nos ayuden a completar la imagen. Es así que podemos aplicar la habilidad de captar información mínima e importante en otros aspectos de nuestra vida cotidiana, por ejemplo, en el trabajo.


La resolución de problemas que se realiza en el armado de rompecabezas ayuda a que generemos más y mejores conexiones neuronales, aumentando la velocidad mental y aquellos procesos que involucran el pensamiento óptimo; es decir, al tomar una pieza, se validan todas las características que contiene, como la forma, la figura, los colores, la imagen, y debemos recordar en qué otra parte hemos visto una pieza que tenga estas similitudes, o bien, un espacio en el que pueda encajar. Es por eso que, también, podemos ver ejercitada nuestra memoria a corto plazo.


De igual forma, se estimulan áreas cerebrales que permiten un mejor desarrollo psicomotriz en los niños, por ejemplo, la motricidad fina y la coordinación de ojos y manos. Esto sucede mientras se manipulan las piezas; los músculos de la mano que se encargan del pinzamiento fino permiten que se puedan agarrar y moverlas con precisión.


Por otro lado, se trabajan emociones que repercuten en el ámbito social, como la persistencia y el manejo de la frustración, ya que, cuando se empieza a armar un rompecabezas, llegan momentos de desesperación que conducen a querer desistir, pero, si se logra mantener el control sobre estos sentimientos, al final, se contará con la recompensa de haber alcanzado el éxito y de haber logrado un objetivo más.


Para acercar a los niños a este tipo de actividades, es necesario tener en cuenta su edad y la dificultad del rompecabezas, ya que deben tener la suficiente capacidad de enfrentarse al desafío, sin llegar a generar frustración por no poderlo resolver. Además, el tamaño de las piezas debe ir acorde al de sus manos; los niños pequeños podrían botar las piezas pequeñas y se les dificultará más poderlas agarrar y manipular. Por el otro lado, si les acercamos un rompecabezas cuya dificultad se encuentre por debajo de su capacidad, podría llegar a ser poco estimulante y atractivo.


El aumento de la productividad y la disposición al trabajo en equipo son otros de los beneficios que tiene el armar un rompecabezas. Esto ocurre porque, cuando estamos más felices y menos estresados, es fácil concentrarnos, y en este estado, la productividad se dispara; incluso, tomando un breve descanso, el cerebro puede aprovechar mejor el tiempo y enfocarse en los aspectos importantes. En cuanto al trabajo en equipo, los rompecabezas ayudan a construir una red de apoyo, sobre todo si éstos se arman en conjunto con otras personas, como los compañeros de escuela, la pareja, hermanos, etcétera. Todo esto, también, ayuda a mejorar la comunicación y el trato con las personas.


Es preciso fomentar esta actividad en los niños, sin embargo, es recomendable que los adultos, también, lo hagan, ya que el cerebro continuará ejercitándose y se reforzarán conductas, como la tolerancia y la perseverancia frente a actividades de la vida diaria. Podría decirse que es una buena forma de reemplazar nuestros problemas cotidianos por algo que sí tiene una solución y que depende de nosotros encontrarla. Asimismo, como adulto mayor, armar rompecabezas puede ayudar a retrasar la demencia y la enfermedad de Alzheimer, ya que reduce la cantidad de daño que ocurre en las células cerebrales, además de que favorece las conexiones nerviosas y la comunicación entre las neuronas.

Le recomendamos armar un rompecabezas de manera periódica, aumentando la cantidad de piezas o la dificultad de la imagen, paulatinamente y conforme se sienta listo para enfrentar el nuevo reto.


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