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¡Cuidado! El teléfono celular puede ser tóxico


Consecuencias de dormir junto a nuestro smartphone




Usualmente, la palabra adicción se asocia a estupefacientes, alcohol, tabaco u otras sustancias o prácticas; sin embargo, el uso excesivo del celular y los diferentes aparatos electrónicos también es considerado una adicción; y como tal, genera daños al organismo, más graves de lo que se piensa.


A continuación, le presentamos algunas de las consecuencias nocivas del uso desmesurado de los dispositivos móviles; y es que ¿sabía que su casa, lugar de trabajo e, incluso, su habitación podrían estar altamente contaminados?


De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los celulares emiten ondas electromagnéticas todo el tiempo, dependiendo de la intensidad de la red; dicha emisión es aún más activa mientras se realizan llamadas telefónicas, por lo que colocarse el aparato en la oreja es un riesgo para la salud.


El wifi, las radiaciones del horno de microondas y las señales que recibe el televisor pueden afectar al cerebro de manera grave a largo plazo. Estos aparatos están en constante uso en nuestra vida diaria, por lo que el organismo está expuesto a una serie de choques de ondas electromagnéticas y sufre un deterioro irreparable con los años, ya que, del mismo modo en el que la energía ‘calienta’ y derrite los alimentos dentro del horno de microondas, las radiaciones del móvil hacen lo mismo con las neuronas. Las consecuencias de estas frecuencias son: falta de atención, irritación e, incluso, el aumento en la probabilidad de sufrir cáncer y lagunas mentales.


Por esta razón y debido a las investigaciones que la OMS ha realizado al respecto, algunas compañías de aparatos móviles comenzaron a advertir en sus manuales de usuario, que la distancia máxima a la que podrá someterse un ser humano en contacto con su teléfono inteligente es de 15 a 25 milímetros. ¿Quién lo creería? Por supuesto que muchos ignoramos esta información porque no solemos leer los instructivos.


Así pues, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), recomienda colocar el celular a un metro o más de distancia de nuestra cama al momento de dormir y, mínimo, despegarnos de él una hora antes de acostarnos, ya que tenerlo tan cerca provoca insomnio, dolor de cabeza y desestabiliza el reloj biológico. Además, lo mejor sería mantenerlo apagado.


Otro de los grandes problemas que puede traer el tener próximo el teléfono son las explosiones de éste, causando quemaduras graves, pues se puede dar el caso de que la batería sufra un sobrecalentamiento y, debido a eso, estalle repentinamente. Estos accidentes ya han sucedido; por ejemplo, hace tiempo, se supo de un joven que durmió con los audífonos puestos, para arrullarse al escuchar música, mientras su teléfono estaba conectado a la luz para recargar la batería. La sobreexposición a la energía fue tal que ocurrió un estallido que provocó la muerte inminente del sujeto.


Por otro lado, una de las consecuencias psicológicas del uso exagerado de los smartphones u otros dispositivos, como las tabletas, es la ansiedad, que se intensifica cuando los sonidos de mensajes, correos electrónicos y notificaciones de las redes sociales afectan el comportamiento natural de la persona que los utiliza, alterando su estabilidad emocional por esa ‘necesidad’ de responder o ver lo que ha ocurrido. Esto conlleva a que se presente el llamado ‘síndrome del teléfono fantasma’, que desencadena en los usuarios la ilusión de que el móvil vibra o suena, aunque ni siquiera lo tengan cerca. Este síndrome produce anomalías cardíacas y falta de tranquilidad.


Así que, si bien la tecnología es una herramienta de beneficio para el ser humano, no se debe olvidar que todo exceso tiene consecuencias. Aunque sabemos que el teléfono celular es un accesorio casi indispensable en nuestra vida, es importante alejarnos de él a ratos y concentrarnos en otras actividades, como leer, hacer deporte o pasar tiempo de calidad con la familia o con uno mismo, pues, haciendo la analogía con las relaciones amorosas, el móvil puede ser una pareja verdaderamente tóxica, en todo el sentido de la palabra, si no lo usamos adecuadamente y con moderación.

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