Al norte de Italia, entre Venecia y la isla Lido, en la laguna Veneta, se encuentra una pequeña isla, llamada Poveglia, de tan sólo 345 metros de largo y 335 de ancho, que está dividida en tres secciones por unos pequeños canales. Es una región casi virgen, lo que quiere decir que predomina la naturaleza y no tiene muchas construcciones; las pocas que hay o cualquier otro indicio de urbanización que se intentó en su momento, ahora, son propiedad de la vegetación, que ha ido reclamándolas al paso del tiempo.
Esto se debe a que, desde la década de los 90 del siglo pasado, la isla ha estado abandonada; y es que posee un ambiente macabro, ominoso, el cual es producto de su oscuro pasado, marcado por la muerte, la tragedia y el abuso. Su historia le ha valido para que los lugareños de las ciudades cercanas la bautizaran como ‘la isla de los fantasmas’ o ‘la isla sin retorno’.
Con sólo escuchar eso, seguro que se eriza la piel y dan ganas de mantener la distancia; sin embargo, también, se despierta la curiosidad por saber qué fue lo que ocurrió ahí, que lo hizo ser un lugar muy temido.
Todo inició en el siglo XIV, cuando la epidemia de peste negra afectó a toda Europa. Venecia fue uno de los puntos en los que la enfermedad azotó más fuerte y, por lo tanto, era uno de los principales focos de contagio. Como medida para intentar detener la propagación del mal, todas las personas infectadas y aquellas que mostraran el más mínimo síntoma eran enviadas a la isla Poveglia, a pasar la cuarentena.
Así, se convirtió en un sitio de muerte, ya que las probabilidades de supervivencia de la gente que llegaba ahí eran nulas; miles de personas fallecieron en la isla, en condiciones muy dolorosas, y sus cuerpos fueron calcinados para eliminar cualquier rastro de la infección.
Cuando la epidemia se superó, la atmósfera de la zona quedó impregnada de tragedia, por lo que, a diferencia de otras ciudades que también tenían recuerdos de la peste negra –como Venecia–, las autoridades no intentaron recuperar ni urbanizar la isla; por el contrario, quedó desolada, con una reputación de miedo, por lo que continuó funcionando como estación de cuarentena marítima hasta el siglo XIX.
Posteriormente, al tratarse de un lugar aislado y restringido, se construyó un manicomio, y los enfermos recluidos en él eran tratados de forma cruel y utilizados como ‘conejillos de Indias’ para realizar experimentos científicos atroces, como lobotomías, con la excusa de encontrar la cura a sus padecimientos. Luego, las instalaciones sirvieron como casa de convalecencia geriátrica, la cual estuvo en operación hasta 1968, cuando la isla quedó definitivamente desolada.
Se dice que, en las últimas décadas, tanto el gobierno italiano como varias empresas privadas planearon proyectos de recuperación de la isla, para intentar quitarle su reputación terrorífica y convertirla en un destino turístico; sin embargo, al parecer, el miedo fue mayor, pues nunca llegaron a ponerse en marcha.
Actualmente, no es un sitio que se pueda visitar; es ilegal traspasar sus límites. No obstante, en 2020, dos youtubers británicos lograron colarse en sus adentros para explorar las ruinas y poder sentir el ambiente hostil y sombrío de Poveglia.
Se trata de Matt Nadin, de 42 años, y su amigo Andy Thompson, de 54, quienes se dedican a visitar lugares abandonados, embrujados o donde han sucedido catástrofes históricas, alrededor del mundo, para documentar sus experiencias en video y, luego, compartirlas en su canal de YouTube, llamado Finders Beepers History Seekers.
El 25 de octubre de 2020, publicaron el video “Terrible secrets are buried on Ghost Island (Poveglia Italy)”, en el que, a lo largo de casi una hora, muestran su recorrido por la isla. En él, puede verse cómo la hierba se ha ido apoderando de las ruinas de las pocas construcciones que, alguna vez, se levantaron ahí, como el hospital psiquiátrico, un cementerio y un campanario.
Mientras recorren el terreno y se adentran en los edificios deteriorados, los exploradores van narrando la historia del lugar y describiendo los diversos artículos e infraestructura con los que se encuentran –como barandales caídos, bases metálicas de camas, bañeras, inodoros, telas, tuberías externas, entre otros–, tratando de recrear los hechos y las calamidades que vivieron las personas que habitaron ahí. Incluso, hay una parte en la que descubren un contenedor metálico grande, el cual, piensan, se trató de uno de los hornos donde cremaban los cadáveres de las personas, para desaparecerlos.
Asimismo, entre los datos macabros que relatan, está la leyenda de un médico psiquiatra que practicó múltiples experimentos a los pacientes, quien, de repente, enloqueció y se suicidó, lanzándose desde el campanario.
En una entrevista que les realizó la prensa británica, luego de la publicación de su video, que, hasta el momento de esta nota, cuenta con 82 mil 935 reproducciones, Matt reveló que la visita “fue realmente inquietante"; incluso, notó que hasta el lanchero que los condujo hacia la isla estaba asustado, y no precisamente a causa de que pudiera aparecer la policía (ya que no se puede ingresar al sitio), sino del lugar en sí. “La isla está tan llena de historia oscura y macabra…, y cuando estás ahí, te haces una idea de los horrores que sucedieron, mientras caminas por sus calles”, añadió.
Sobre la apariencia del lugar, dijo: “Quemaron todos los cuerpos y los dejaron tirados por ahí. La isla nunca ha sido despejada adecuadamente ni nada por el estilo, así que todo luce como si lo acabaran de dejar allí”. Y en cuanto a si, durante su recorrido, él y su compañero experimentaron alguna situación paranormal, declaró que escucharon el sonido de una campana y que se sentía un ambiente extraño y espeluznante.
De acuerdo con lo que se ve en el video de Matt y Andy, a juzgar por las ruinas y los ornamentos de las construcciones, se puede deducir que tenían una arquitectura bella; de hecho, si la isla Poveglia se observa desde algún punto de Venecia o de Lido, sobresale una torre de entre la alta vegetación, que se mezcla con los colores del atardecer y de la laguna, regalando una linda postal. ¡Lástima que sólo sea apariencia y que la belleza del lugar se vea opacada por su historia de tragedia!
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