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Montachoques en CDMX


¿Cómo operan y cómo protegerse?


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La Ciudad de México es el epicentro de la vida económica y cultural del país, en donde se vive una vida muy activa, que requiere de un medio de transporte eficiente y seguro, para que los capitalinos y quienes llegan desde las afueras puedan llegar a sus destinos. Sabemos, gracias a un estudio realizado por Manuel Suárez Lastra, director del Instituto de Geografía de la UNAM, que, en 2017, en México, el 80 % de los traslados se hizo en transporte público, teniendo como información que un aproximado del 29 % de la población se mueve en transporte particular actualmente. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en la Ciudad de México y el Estado de México, se concentra casi el 30 % del total de vehículos del país; y según un informe de El Economista, en la capital mexicana ­–donde habitan 9.2 millones de personas–, hay 6.4 millones de vehículos de motor circulando por las calles, cantidad que está en incremento.


Bajo este panorama, podemos mencionar que la ciudadanía enfrenta complejos desafíos en materia de seguridad. Aunque se sabe que los delitos más comunes son el robo de combustible, asaltos en transporte público o en la vía pública a los transeúntes y otras formas de delincuencia organizada, que suelen captar, en su mayoría, la atención de los medios informativos, existe un fenómeno igualmente preocupante, que afecta de manera directa a la ciudadanía, y es el incremento de delitos contra automovilistas.


En los últimos años, se han multiplicado las denuncias por modalidades delictivas como los asaltos a conductores atrapados en el tráfico y la extorsión por parte de los llamados “montachoques”. Estas prácticas delictivas implican violencia física, intimidación, así como estrategias de colocación intencional, fraude y amenazas directas a las víctimas.


Entre enero y septiembre de 2024, las denuncias por robos a automovilistas aumentaron entre un 13 % y 14 % respecto al mismo período del año anterior. En cuanto a los montachoques, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) reportó que, en los últimos dos años, se han registrado más de 900 denuncias por este delito. Además, de acuerdo con información publicada por La Crónica, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) ha detenido a más de 300 personas relacionadas con este tipo de actos delictivos.


Este panorama pone en evidencia una amenaza cotidiana que requiere atención inmediata por parte de las autoridades, así como medidas de prevención para proteger a quienes circulan por las vialidades de la capital.


¿Qué son los montachoques y cómo operan?

Este delito se basa en provocar colisiones intencionales, ya sea simuladas o reales, para lograr el objetivo de extorsionar o intimidar al conductor afectado. El modus operandi de los montachoques incluye diversas tácticas diseñadas para amedrentar a los conductores y obtener dinero de forma inmediata. Las siguientes son las más comunes y es importante conocerlas:


·       Choques manufacturados: Un vehículo frena abruptamente o se coloca de forma estratégica para provocar una colisión leve, en donde la víctima quede como el culpable del incidente.

·       Operativo en grupo: Participan varias personas; una provoca el choque y la otra actúa como supuesto testigo para presionar emocionalmente a la víctima.

·       Selección estratégica: Eligen vialidades rápidas y de alta congestión, como Insurgentes, Viaducto, Periférico, Tlalpan, Circuito Interior o Zaragoza. Además, antes de ocasionar el choque, verifican si el vehículo objetivo carece de seguro, revisando bases oficiales, como El Registro Público Vehicular (REPUVE), lo que los lleva a víctimas más vulnerables.

·       Extorsión inmediata: Impiden que el conductor llame a su seguro o a la policía; lo despojan de sus pertenencias, como celulares o carteras, y exigen dinero en efectivo. Incluso, se han reportado casos en los que obligan a la víctima a retirar dinero de un cajero, bajo amenaza.

El crecimiento de este tipo de delitos revela un panorama alarmante que requiere tanto una respuesta efectiva de las autoridades como una ciudadanía más informada y protegida frente a estas estrategias de extorsión urbana.


Alcance del problema y respuesta legal

Entre enero y marzo de 2025, se registraron casi 3 mil incidentes de extorsión por colisiones vehiculares en la Ciudad de México y el Estado de México. Se sabe que los delincuentes llegan a obtener entre a 20 mil a 30 mil pesos por colisión.


Como respuesta, en 2025, la Ciudad de México tipificó específicamente el delito de “montachoques”, sancionándolo con penas de dos a ocho años de prisión y hasta 160 días de multa, equivalente a 30 mil pesos, aproximadamente, según la Unidad de Medida y Actualización (UMA) que determinen las autoridades.


A nivel federal, se ha propuesto una legislación que contempla multas entre 56 mil y 113 mil pesos mexicanos y penas de cuatro a ocho años de prisión, ampliables si hay uso de violencia. Además, las autoridades han implementado operativos policiales en zonas de alto tránsito, lo que ha resultado en la detención de decenas de presuntos responsables.

 

 

Cómo protegerse y actuar ante un intento de montachoque


Antes de salir:

  • Contar con un seguro vehicular vigente (los delincuentes evitan autos asegurados).

  • Instalar una cámara en el tablero; ésta disuade a los agresores y respalda la versión de la víctima en su defensa, en caso de ser necesario.


Durante el incidente:

  • No salir del auto, mantener puertas y ventanas cerradas.

  • Moverse a un sitio seguro donde no se obstruya el tránsito, si es posible.

  • Llamar de inmediato al seguro y/o al 911.

  • No entregar efectivo ni pertenencias. Mantenerse firme.

  • Si descienden, solicitar que exhiban credencial de ajustador o autoridad antes de abrir la ventana.

  • Grabar video o fotos con el celular disponible y memorizar placas y modelo del auto agresor.


Después del hecho:

  • Presentar la denuncia ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) o ante la aseguradora.

  • Solicitar acompañamiento, en la línea 55 50 36 33 01, impulsada por la Secretaría de Seguridad Ciudadana, para víctimas de extorsión vehicular en la Ciudad de México.

  • Compartir la experiencia con autoridades y en redes de vecinos (la prevención colectiva aumenta si hay cooperación).


La reciente respuesta institucional es un paso importante, pero aún queda mucho por hacer en materia de prevención, educación vial y fortalecimiento del Estado de derecho en las calles de la capital. Parte de la solución real exige una ciudadanía informada, protegida y dispuesta a denunciar. La prevención, el conocimiento del modus operandi y la acción colectiva son claves para frenar esta práctica delictiva, que, día a día, pone en riesgo la seguridad de miles de automovilistas. Sólo con responsabilidad compartida entre autoridades y sociedad, es posible tener seguridad en las vialidades de la capital.

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