De acuerdo con el más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), de la ONU, publicado a finales de febrero pasado, el cambio climático continúa afectando a millones de personas y seres vivos en todo el mundo, y constituye una amenaza cada vez más grave. El aumento de las olas de calor, las sequías y las inundaciones ya han superado el umbral de tolerancia de las plantas y animales, lo que ha provocado la muerte masiva de diversas especies. Asimismo, el hecho de que estos y otros fenómenos naturales se produzcan simultáneamente, propicia que sea más difícil controlarlos, dejando a las poblaciones expuestas a situaciones de inseguridad alimentaria e hídrica aguda, particularmente en África, Asia, América Central, América del Sur y en la zona del Ártico.
Los científicos advierten que, en las próximas dos décadas, la Tierra se enfrentará a cambios climáticos más extremos e inevitables, como un calentamiento global de 1.5 °C, con la amenaza de que, si se llegara a superar temporalmente ese nivel, se generarán impactos adicionales graves y, en algunos casos, irreversibles.
Ante esto, el presidente del IPCC, Hoesung Lee, afirmó: “Las medidas que se adopten en el presente determinarán la forma en que las personas se adaptarán y cómo la naturaleza responderá a los crecientes riesgos climáticos”. Por ello, y como se nos ha venido diciendo desde hace tiempo, es preciso y urgente reforzar las acciones que ayuden a disminuir la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero, en favor del medio ambiente.
En el informe se mencionan algunas cosas que podemos hacer para apoyar a la naturaleza a cumplir ciertas funciones que, a su vez, auxilian en la reducción de los riesgos climáticos, y así, mejorar la calidad de vida de la humanidad. Por ejemplo, al restaurar los ecosistemas degradados y conservar entre el 30 y 50 % de los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce, la población puede beneficiarse de la capacidad de la naturaleza para absorber y almacenar carbono.
Para que esto sea posible, es necesario que cada quien haga lo que le corresponde, y nosotros podemos ayudar, llevando a cabo pequeñas grandes acciones en nuestro día a día, tales como:
✅ Disminuir nuestro consumo de carne roja y lácteos.
✅ Si hay bebés en casa, usar pañales de tela. Lo mismo para las necesidades de higiene femenina; optar por productos que sean lavables y reutilizables.
✅ Dejar de usar contenedores desechables y disminuir el uso de los biodegradables; la idea es no generar tanta basura.
✅ Eliminar los plásticos de un solo uso en nuestra vida diaria.
✅ Reciclar la ropa. Esto incluye la donación y la transformación de las prendas en otros objetos, como trapos o juguetes para mascotas.
✅ Llevar termo o botella de acero inoxidable a todos lados, y pedir, en los establecimientos, que depositen las bebidas ahí.
✅ Para las fiestas y los eventos, rentar loza o sets de vajillas y cuchillería.
✅ En la decoración para los festejos, no utilizar globos ni dar recuerditos de plástico innecesarios e inservibles. Para la envoltura de los regalos, reutilizar bolsas de obsequios anteriores o forrarlos con papel periódico; esto le dará un toque original. Asimismo, procure no poner moños.
✅ Evitar consumir productos que contengan aceite de palma o algún derivado de ésta.
✅ Hacer composta con los desperdicios naturales de la cocina y, si es posible, cultivar frutas y verduras en casa.
✅ No hacer comida frita; además de que no es muy saludable, el desecho de aceite contamina el agua.
✅ Evite las parrillas al carbón, ya que requieren de madera cortada de los árboles; además, el humo contamina.
✅ Para neutralizar la catástrofe climática, se requiere de la plantación de dos millones de árboles al día. Plantar uno por mes es la meta individual.
✅ Analizar los productos que utilizamos a lo largo del día, para poder seleccionar los que se pueden sustituir por otros que sean amigables con el medio ambiente.
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